La vida continúa para Benito Cerati (20), quien no permitió que el delicado estado de salud de su papá, Gustavo Cerati (54), lo paralice. Antes del lanzamiento de su disco Trip Tour, el líder de Zero Kill se confesó en una entrevista para el Suple SI! de Clarín.
"Por supuesto que uno espera lo positivo, y Dios quiera que así sea. Sería el milagro más grande de todos y lo mejor que podría pasarnos a la familia entera, pero hay que caer en la realidad de vez en cuando".
A casi cuatro años del accidente cerebro vascular que el ex Soda Stereo sufriera en Venezuela y aún lo mantiene internado en coma en la Clínica Acla, Benito apela a una honestidad brutal: "Estoy esperando que ocurra lo que tiene que ocurrir. Por supuesto que uno espera lo positivo, y Dios quiera que así sea. Sería el milagro más grande de todos y lo mejor que podría pasarnos a la familia entera, pero hay que caer en la realidad de vez en cuando".
Al margen del irremediable estado de salud de su papá, Benito abandonó su etapa de solista para presentar su tercer trabajo discográfico, el primero editado por Sony: "El proyecto es una idea, una necesidad de sacar afuera música que venía acumulando. Y la banda se formó para darle forma al disco en vivo, es cuando deja de ser un proyecto que tiene que ver sólo conmigo. Conectamos muy bien". Sobre el escenario, a Benito lo acompañan el dúo Ut Ut Ut, Oaky Castelliani y Rulo, su amigo de la secundaria.
La meta del joven artista es que además de reconocerlo y admirarlo por ser el hijo del genial Gustavo Cerati, lo aprecien por sus propios méritos. "Con mi papá hay grabadas mejoras que él le ha hecho a canciones mías de hace tiempo, ideas de riffs. Ahora retomé un par de esas". Y concluye con cierta mezcla de nostalgia y esperanza: "Me llevaba a las giras para compartir un viaje… Ahora, siento que no le soy tan extraño al ambiente de los shows, lo absorbí todo de esos momentos...".