Tiró algunos huevos a la casa de un vecino del exclusivo barrio de Calabasas, Los Angeles, y a Justin Bieber se le vino la noche. Así nomás.
Tanto fue el revuelo que armó que hasta tuvo que intervenir la policía por la denuncia del pobre damnificado, que terminó con dos puertas de vidrio rotas (cuya reparación, que deberá pagar el canadiense, cuesta 20 mil dólares).
Aún no se sabe si Justin puede ir preso por este acto de vandalismo, aunque la fuerza policial allanó su casa y se llevaron a uno de sus mejores amigos detenido por tenencia de drogas.
Pero parece que ni la plata, ni su amigo, ni la posibilidad de ir a prisión, es lo que le preocupa a Bieber. Justin teme que algunas fotos y videos prohibidos salgan a la luz, ya que podrían poner aún más en riesgo su carrera. Estas imágenes estaban en el celular que la policía le secuestró durante el allanamiento.
¡Ups! ¿Otro escándalo en puerta para rey teen?