Alguien grita “¡Aire!”, y Mariano Iúdica enfrenta las cámaras de Dale! La Tarde con la efusividad que lo caracteriza. Camina, va y viene, habla con sus panelistas, grita y se agarra la cabeza. Todo con un ritmo casi enloquecedor, como si intentara ganarle una pulseada al tiempo, exprimirle toda la energía hasta el último segundo y ganar la encarnizada batalla del rating.
Pero cuando el programa termina, ahí es cuando aparece otro Mariano y la luz roja de la cámara se convierte en una especie de frontera que divide su vida. Iúdica nos recibe en el estudio y la energía arrolladora de hace unos minutos parece haberse lavado completamente. Y aparece un tipo sencillo y tranquilo, que se toma tiempo para responder y se emociona al hablar de su familia: Romina Propato, la mujer que lo acompaña desde hace diez años, sus hijas María Valentina y María Bernarda (de su primer matrimonio), su hijo, Salvador, y Osvaldo, el adolescente que adoptó.
"Entré a la televisión de una manera tan fortuita que hoy lo veo como un hecho milagroso. Verme así me da orgullo".
En una entrevista imperdible, el conductor de Dale! La Tarde y Soñando por Cantar repasa sus comienzos en la televisión, su pasado rockero y sus shows en el mítico Cemento, su devoción por la Virgen y la iglesia, y las ganas de volver a ser padre.
- ¿Qué recordás de tu primer contacto con televisión?
- Yo ya había estudiado Periodismo y me encantaba. Pero dejé la carrera para ir a trabajar a un banco y estaba fuera de mi esencia, de lo que a mí me gustaba. Cuando volví, entré de una manera tan fortuita pero tan precisa que hoy lo veo como un hecho milagroso. Compré cámaras de televisión para alquilarlas y terminé entrando por ahí, por una claraboya, y hoy verme así me da orgullo.
- ¿Pero entendías algo de cámaras?
- No, padre, ni idea tenía. No sabía ni manejarlas. Empecé de cero, las alquilaba con un camarógrafo y yo era el asistente.
"Fui camarógrafo, productor, editor, iluminador, fui cronista y hasta asistente del asistente".
- ¿Y quién te dio tu primera mano?
- Rosita Sueiro, jefa de producción de Canal 9. Me contrató las cámaras y me decía que yo era histriónico para hacer notas. Ella lo vio al toque y me hizo una prueba de cámara. Después seguí como camarógrafo, productor, editor y después (Antonio) Gasalla y (Martín) Kweller me dieron otra mano. Un día faltó Lara Bernasconi, que era la notera de Veníte con Georgina, y me mandaron a hacer las notas al cumple de Natalia Oreiro. Y así arranqué, fueron notas muy graciosas, muy divertidas. Al otro día, Antonio, que era el productor general, las estaba mirando y dijo: “Lookéenlo que va a ser el notero”. Y a partir de ahí, no paré más. También hice tres o cuatro especiales en un programa de cumbia en América y no recuerdo qué pasó después. Me divertía mucho, era en vivo desde un boliche. Tremendo, una locura total, transpiraba muchísimo. De ahí ya me fui a trabajar con el ruso (Gerardo) Sofovich.
- ¿Y fantaseabas con tener este éxito?
- Yo avanzo, voy con mi luz hasta donde de. No tengo nada premeditado, esas cosas de quimera… Sueño siempre grande y me encanta estar en los lugares que estoy. Doy el máximo, me involucro a full y la pasión y la entrega traen beneficios. Los réditos te vuelven si hacés las cosas bien. Dios te recompensa. Sólo tengo alegría y agradecimiento al universo y a Dios por la increíble vida que tengo. Hay gente que tiene que vivir tres vidas para vivir 10 minutos de la mía. Con pérdidas tremendas y cosas re locas… Tener este presente con mis hijos sanos, mi mujer que es una monstrua, es un gracias gigante.
"Tengo muchos amigos que se murieron porque era una liberación total después de la dictadura".
- ¿A qué pérdidas te referís?
- Falleció mi hermano más grande cuando yo tenía 21 años, y ahí fue el principio de todo. Fue un drama, un dominó que se cayó enseguida, y después se enfermó mi papá, y después se enfermó mi mamá y fueron muertes ta, ta, ta (gesticula y golpea el dorso de una mano con la palma de la otra). La familia quedó totalmente desmembrada. Imaginate una familia italiana devastada. Digo: “¡Qué suerte que tuve!”. Hay gente que cuando le pasan estas cosas queda resentida con la vida, o la vida nunca más le canta un número y yo la verdad que tuve mucha suerte. Soy un agradecido por eso. Podría ser un tipo mucho más duro de corazón.
- De joven llegaste a ser subgerente en un banco y ganabas mucha plata, ¿eso te mareó?
- Ganaba muy bien en esa época, pero no. A los 23 años me casé, tuve a mis hijas una atrás de la otra, elegí vivir en la familia.
"Hay gente que tiene que vivir tres vidas para vivir 10 minutos de la mía".
- ¿Y tuviste contacto con los excesos?
- De pendejo yo tocaba en una banda de rock, chupaba cervezas como todos… era un chico de barrio, si hubiera tenido excesos no sé si hubiera estado acá. La vida de barrio era muy brava, tengo muchos amigos que no están bien o que se murieron porque era una liberación total después de la dictadura. Mis viejos siempre estuvieron mucho encima mío, siempre fui muy deportista. Toqué en Cemento a los veintitantos, después me casé y mi vida es aburrida. La banda se llamaba Dolores, en la época de Martes Menta, Los Brujos, El otro yo y Babasónicos. Con muchos soy amigo todavía.
- ¿Qué es lo mejor de la fama?
- El reconocimiento, el cariño extremo y la devolución de lo que vos das. Para mí, la fama y ser reconocido es una energía única. Es groso, muy groso. La fama me la banco con la pelusa y todo, a full. Aunque esté cansado, no reniego, me saco la foto y le veo la cara al tipo que te la pide y para él es un momento especial. No te cuesta nada, me encanta ser famoso.
"La fama me la banco con la pelusa y todo, a full. Me encanta ser famoso".
- ¿Y lo malo?
- Si estás cansado, o paseando, o en el cine, o malhumorado y viene un tipo y te para, él quiere ver a Mariano. Ahí cuento hasta 27, bajo y me pongo en Mariano porque es mi trabajo. Mi trabajo es ese.
- ¿Te da temor que todo esto se termine?
- Soy un trabajador de los medios, la exposición es sólo una circunstancia. Yo soy de la industria. Hice teatro, produje teatro, dirigí teatro, produje televisión, dirigí televisión, fui camarógrafo, productor, editor, iluminador, fui cronista y hasta asistente del asistente. Todo, se puede pasar el Mariano al frente de cámara pero hace 20 años que estoy y conozco mucho este medio. Soy parte de la industria y es el medio de mi vida.
- ¿Y cuál es tu cable a tierra?
- Mi casa, yo soy muy de mi casa. Tengo tres hijos y uno adoptado que vive conmigo. Se llama Osvaldo y hace seis años que vive con nosotros. Tengo mujer y ex mujer, y me llevo increíble. Tengo dos hijas grandes con mi primera esposa que vienen a casa y tienen su lugar. Es otro diálogo, me tiene re ocupado la tarea de padre, mi esposa, la casa, las cosas de padre, de marido, de amo de casa.
"Nunca me ufano de haber adoptado, no quiero ser 'San Mariano'".
- ¿Y cómo se dio la adopción de Osvaldo?
- Mirta (la empleada que trabaja en su casa) es de la familia y tenía a su hijo lejos, en Paraguay. Él era chiquito y le dije: ¡Traelo a casa!, le voy a dar todo’. Mi hijo le dice hermano y para mí son cuatro hijos. Nunca lo había contado, lo sabían los íntimos nada más. Le firmo los boletines, le di mi apellido y esa es mi vida.
- ¿Por qué no querías contarlo?
- No quiero que parezca… ustedes son muy malos. Bah, ustedes son yo, todos los de este medio. Nunca me ufano de eso, no quiero ser "San Mariano".
- ¿Y te gustaría tener otro hijo?
- Si, me encantaría. Siempre estamos buscando, si viene, viene. A Romina también le gustaría pero son momentos. Hay mucho trabajo, y también mucho trabajo como padre. Estaría buenísimo, me encanta la familia numerosa. Me flashearía verla a Romina embarazada. Pero bueno, eso lo decide ella, un bebé es un re laburo y la que engorda es ella, la que le da la teta es ella.
"Me encantaría tener otro hijo, siempre estamos buscando. Me flashearía verla a Romina embarazada".
- ¿La religión también te ayuda a conectarte con la vida?
- Si, soy muy religioso, siempre, de toda la vida. Es una herencia familiar. Me llamo Mariano Sebastián Lujan. Soy devoto de la Virgen a full, voy a misa. Pero mis hijas más grandes no tomaron la comunión por pedido de su madre, y yo nunca las presioné. Salva si va a un colegio católico porque quiero que empiece a ejercitar la fe. Después si quiere ser budista, no hay problema. Yo profeso, pero hay un montón de cosas de la liturgia de la iglesia que se me apagaron y con el tiempo vas formando tu opinión, hay cosas que medio que fui dejando. Vivo un catolicísmo más free. Pero me encanta escuchar misa los domingos.
- ¿Y pedís por la definición del pase de Marcelo Tinelli? ¿Te preocupa?
- Me siento ajeno, yo trabajo y doy lo mejor de mí. Ya me comunicarán las novedades y cuando se dé, me expediré sobre el tema. Ni me meto porque tengo dos programas al aire y Marcelo está en plena negociación. Hago mi trabajo y ya me dirán cómo es. Por ahora, estamos en El Trece… Juro que no me preocupa el tema, hoy estamos todos acá y hacer especulaciones sobre eso es jugar un partido que no es mío.
¡No te pierdas el ping pong que hizo Mariano Iúdica!