Gustav Gerneth, conocido como el hombre más longevo del mundo, murió el lunes en la tranquilidad de su casa de Havelberg, Alemania. Nacido en 1905 en la ciudad polaca de Szczecin, cuando todavía era alemana, el 15 de octubre Gerneth había soplado las 114 velitas y ostentaba este curioso récord desde enero de este año, al fallecer el japonés Masazo Nonaka (solo tres meses mayor que él).

Cada vez que le preguntaban por sus secretos para su longevidad, Gustav destacaba la importancia de llevar una vida activa y mantenerse en movimiento. "No hay que sentarse sobre el trasero, eso te deja rígido", dijo a los medios cuando llegó a los cien este hombre que priorizaba la buena alimentación y decía que era vital consumir "una buena manteca" y jamás margarina.
Maquinista de profesión, Gerneth trabajó hasta su jubilación, en 1972, en la central de gas de su ciudad. Además, fue un sobreviviente y testigo de parte de los sucesos más convulsionados de la historia de Europa. De hecho, durante la Segunda Guerra Mundial fue tomado prisionero.

El alcanzar tan notable edad le implicó a Gerneth tener que despedir a muchos de sus seres queridos. Su esposa, con quien se había casado en 1930, murió en 1988. Y al poco tiempo, también fallecieron los hijos que tuvo con ella y una nieta.
Entre las mujeres, la japonesa Kane Tanaka, que el 2 de enero llegó a los 116 años, es la "más vieja delmundo". Pero hasta el momento, el título del ser humano más longevo de la historia es de una francesa, Jeanne Calment, quien falleció en 1997 a los 122 años y 165 días.