Leonardo Di Caprio consiguió una verdadera reliquia.
Y es que el actor compró el famosísimo piano de la película (1942) en una subasta de la casa Sothebys. Claro, era una ocasión para no perderse y por eso, ofertó la suma de 600 mil dólares (aunque la casa esperaba venderlo más de un millón).
Di Caprio, entonces, se hizo acreedor del instrumento en el que Sam tocaba el tema As time goes by tanto en el café La Belle Aurore de París como en el Rick's Cafe Americain, el bar de la ciudad de Casablanca en el que transcurre gran parte del clásico film, protagonizado por Ingrid Bergman y Humphrey Bogart.
El actor y su socio (que también puso dinero) decidieron donar la pieza al Museo de Arte de Los Ángeles.