Conozco a Viviana como poca gente en este medio. Siempre destaqué lo buena compañera que fue, hasta un mes antes de mi despido, del que todos aseguran que ella fue la autora intelectual.
Sin dudas, Viviana Canosa se convirtió en uno de los personajes más controversiales del año. A pocos días, de convertirse en mamá, su archienemigo Luis Ventura le dedicó un programa y reavivó la polémica.
"Estoy loca de amor, la amo desesperadamente. Es un regalo de Dios, una bendición de mi vida", me escribió Viviana, tras mis saludos por la llegada de Martina, su primera hija. Este nacimiento la convirtió en noticia nuevamente y otra vez varios ex compañeros se amontonaron para fustigarla.
En mi caso, conozco a Viviana como poca gente en este medio, ya que compartí ocho intensas temporadas con ella. La conocí días después de que abandonara Intrusos, y me junté con ella y su ex, en un barcito en la calle Honduras, a pocos metros de América. Allí, me contaron cómo sería Los Profesionales de siempre, el ciclo que debutaría en enero de 2003 para competir desde Canal 9 con el ciclo de Jorge Rial (que comenzaba su tercera temporada).
En 2010, el ciclo se volcó a un costo social y solidario, que duró sólo un mes. Mis críticas hacia el formato entorpecieron la relación. Pero el tiempo me dio la razon, la onda solidaria era sólo una pose ante cámaras.
De esta manera, vi toda su transformación: de ex panelista de Rial a conductora, del breve ciclo nocturno No será mucho (que medía mucho más que los que hoy la critican), de los dos años alejada de la tele, de su regreso al 9, y todo lo que vino después, hasta la figura que es hoy tapa de revistas y centro de la atención del chimento (ahora, desde el otro lado del mostrador).
Siempre destaqué lo buena compañera que fue Canosa en esos años, hasta un mes antes de mi despido, del que todos aseguran que ella fue la autora intelectual. Ese marzo de 2010, a instancias de la emisora y de ella misma, el ciclo comenzó a llamarse Viviana y se volcó a un costo social y solidario, que duró sólo un mes. Mis críticas hacia el nuevo formato y mi disconformidad, quizás entorpecieron la relación, y no me arrepiento ya que siempre fui sincero porque pensaba que compartía un programa con amigos (gran error).
Un día, ante algunas críticas mías, me sorprendió con un llamado. Nos vimos cara a cara y nos dijimos todo frontalmente. Desde ahí empezamos otro tipo de relación.
Pero el tiempo me dio la razón, la onda solidaria era sólo una pose ante cámaras. Tras mi despido me reemplazaron con Karina Jelinek, que duró dos días, y al lunes siguiente Jacobo y la Süller se sentaban en ese mismo living. Un mes duraron las notas a León Gieco, Alejandro Lerner, Ricardo Darín, Enrique Pinti, chicos con cáncer, secciones solidarias, y hasta el material de Haití. Un mes, sí.
Un año después, nos reencontramos en Soñando por bailar, el reality de Ideas de Sur en El Trece. Compartimos el ciclo sin dirigirnos ni saludos, durante varios meses. Y eso no impidió desarrollar la tarea con total profesionalismo de las dos partes, aunque al aire se notaba la mala onda, y muchos lo disfrutaban, incluso más que lo que pasaba con los participantes. Un año después, y ante algunas críticas mías hacia ella, me sorprendió con un llamado.
Por primera vez, la escuché muy enojada y angustiada conmigo. Me preguntó: "¿Qué es lo que te pasa conmigo, hasta cuando me vas a matar, no te aburrís?". Y tras un acalorado "debate" que no conducía a mucho, acordamos que era mejor cara a cara, y pocos días después nos encontramos, en el lobby del Hotel Alvear, y nos dijimos frontalmente todo lo que teníamos ganas, sin testigos ni intermediarios.
Muchos en el medio creen que Viviana está acabada. No conocen su capacidad de salir adelante de cualquier situación. Quizás, su gran error, es escuchar a la gente equivocada y no enfrentar cara a cara sus conflictos. Pero no tengo dudas de que recuperará su lugar, bien ganado a fuerza de trabajo, carisma y perseverancia.
Desde ahí, empezamos otro tipo de relación, ni de amigos ni de compañeros, pero sí de gente profesional que compartió muchos buenos momentos y estos malos que relato, que ahora son sólo anécdota.
Muchos en el medio creen que Viviana está acabada y que vive su peor momento laboral, tras estos últimos bochornosos meses al aire en Canal 9, con despedidos, reemplazos y finalmente una licencia médica que la sacó del aire.
Sin embargo, no conocen la capacidad de Viviana de salir adelante de cualquier situación, que aunque le cueste, termina saliendo. En los últimos años, Canosa se convirtió en una figura controvertida, y sin dudas en una de las grandes conductoras de la tele y la radio. Quizás, su gran error, es escuchar a la gente equivocada y no enfrentar cara a cara sus conflictos. Pero no tengo la menor duda de que recuperará su lugar, bien ganado a fuerza de trabajo, carisma y perseverancia.
Canosa no fue gato de nadie, ni familiar de, ni apadrinada por, solita se ganó su lugar en este medio. Seguramente, cuando se aclare su mente, le tocará vivir su mejor momento profesional. Y desde acá, le deseo lo mejor.