Robert Francis Prevost Martínez es el primer Papa estadounidense de la historia. Nacido en Chicago hace 69 años, tiene raíces multiculturales: su padre fue de origen francés e italiano, y su madre, de ascendencia española.
Este trasfondo lo vincula estrechamente con la migración, y es conocido por sus posturas progresistas y contrarias a las políticas de Donald Trump.
Una vida misionera en América Latina
Aunque nació en Estados Unidos, Prevost desarrolló su misión pastoral principalmente en Perú, donde inició desde las bases hasta convertirse en obispo de Chiclayo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana.
En enero de 2023, el Papa Francisco lo nombró arzobispo; en octubre del mismo año, fue creado cardenal y designado prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes del Vaticano.

Hombre clave en el Vaticano
Como prefecto, Prevost se convirtió en el principal asesor del Papa para los nombramientos de obispos en todo el mundo.
Además, fue nombrado presidente de la Pontificia Comisión para América Latina y elevado a la dignidad de arzobispo ad personam.
Él mismo destacó su vocación: “He sido misionero toda mi vida y trabajaba en Perú. Creo que no es casualidad que el Papa Francisco me eligiera”.

Un posible Papa continuador de Francisco
Robert Prevost era visto como un candidato natural para continuar el legado del Papa Francisco, especialmente por su visión aperturista, su experiencia con los pobres y migrantes, y su capacidad para tender puentes entre culturas.
Formación y perfil internacional
Prevost es dominico, fue prior general de la orden, y posee una sólida formación: es licenciado en Matemáticas, Teología y Derecho Canónico.
Habla cinco idiomas, entre ellos italiano y latín, lo que lo convierte en un líder ideal para una Iglesia global. Su perfil lo posiciona como un puente entre el Norte y el Sur, y entre el aparato vaticano y las iglesias emergentes.