Dice que los peces siempre lo han inspirado, al igual que la biología marina. “Ya de pequeño me sentía muy conectado a ellos”, confiesa Manel De Aguas, un fotógrafo y productor musical barcelonés de 24 años.
“No me considero cien por ciento humano. Mi persona no coincide con el concepto biológico que se conoce”, agrega el artista catalán que se implantó dos aletas artificiales en la cabeza para, según él, conectarse con la Naturaleza.
Así lo detalló días atrás De Aguas en una entrevista a Infobae en la que explica esa decisión como parte de una elección de identidad “transespecie”. Razón por la que decidió instalar en su cuerpo dos aletas, un órgano sensorial cibernético que él mismo diseñó en 2017, inspirándose en el mundo marítimo.
El dispositivo consiste de dos membranas de silicona de 500 gramos que captan los cambios de presión atmosférica, humedad y temperatura y, con ayuda de un microchip, los convierten en vibraciones que se transmiten por el cráneo, convirtiéndose en sonido.
Fue en enero pasado cuando Manel viajó a Japón para someterse a un implante transdermal durante el cual el microchip fue introducido entre la piel y el hueso.
“Tengo la zona de la piel resentida. Y me quito las aletas para dormir y bañarme. Estoy acostumbrado a que la gente me mire por la calle, pero la verdad es que no me afecta. Es más como una experiencia poética que me conecta a la naturaleza más que antes” concluye, feliz.