Desde el año 2009, el ingeniero argentino Ricardo Sánchez Peña viene trabajando en crear un páncreas artificial, con la finalida de ayudar a los pacientes con diabetes que deben inyectarse insulina varias veces al día.
Sánchez Peña se desempeñó en el área espacial y en la matemática aplicada durante 16 años. Actualmente es investigador principal del Conicet en el ITBA. En este proyecto, financiado por la Fundación Nuria de Argentina y Cellex de España, cuenta con la colaboración de las Universidades Nacionales de Quilmes y de La Plata, así como investigadores médicos del Hospital Italiano y un asesor médico de la Universidad de Virginia.
En nuestro país hay 3.000.000 de personas con diabetes, de las cuales solo el 10% padece la tipo 1. Esta es la menos frecuente, pero también la más grave porque los pacientes se convierten en insulinodependientes.
El investigador dice que se trata de un problema de control automático, por lo que si se reemplaza el páncreas que no funciona con uno artificial, se podrá mejorar la calidad de vida del paciente.
El desarrollo en concreto es un algoritmo que maneja la bomba de infusión de insulina en estos pacientes, a partir de la medición automática de glucosa en la sangre o la Automatic Regulation of Glucose (ARG).
Esta investigación pudo avanzar a pasos agigantados por la utilización de un simulador ubicado en Estados Unidos que, al estar aprobado por la Administradora de alimentos y medicamentos (FDA), permite omitir las pruebas en animales y pasar directamente a los estudios clínicos.
El año pasado, en el mes de junio, se hicieron las primeras pruebas en cinco pacientes argentinos. Ellos pudieron mantener los niveles de glucosa dentro de un rango aceptable durante las 36 horas de evaluación controlada.