“Si hubiera registrado la chocotorta y cobrado derechos, ahora te estaría hablando desde la Costa Azul, pero nunca vi un peso”, le dijo la jubilada Marité Mabragaña a Clarín al hablar de su famosa (¡y deliciosa!) creación. Y razón no le falta. Casi cuarenta años años atrás, trabajaba en una agencia de publicidad, cuando se le prendió la lamparita.
“En aquella época se hacían tortas con vainillas. Y a mí me gustaba mojar las chocolinas en oporto. También sabía que el dulce de leche con queso crema es lo más rico que hay. Y un día pensé, ¿qué pasa si hago una torta formando pilitas?”, recordó sorprendiendo con un dato clavo de la receta original: no lleva café ni leche, sino vino.
“Calculo que inventé la chocotorta en 1982; yo era directora creativa de Bagley y de Mendizábal, que hacía el Mendicrim. Fue algo raro, porque nadie me la pidió. La llevé a la agencia para un cumpleaños y a todo el mundo le encantó. Quedaba bárbara”, destacó y agregó que el nombre también fue de su invención. “Caía de maduro”, explicó Marité.
“¿Hay algún secreto para que la chocotorta salga más rica?”, le preguntó la periodista Graciela Baduel. “Dejarla unas cuantas horas en la heladera. Si es de un día para el otro, mejor, tiene que quedar bien húmeda. Arriba le ponés lo que quieras”, completó Mabragaña.