El ácido fólico es una vitamina del complejo B, específicamente la B9, que todas las personas necesitan en su organismo para tener una vida saludable. Obtiene especial relevancia en el caso de las mujeres embarazadas y las personas con anemia.
Está comprobado que disminuye el riesgo de que los bebés desarrollen espina bífida o anencefalia, defectos que afectan directamente al tubo neural que es una estructura embriónica que al desarrollarse se convierte en el cerebro y la médula espinal.
La espina bífida es la primera causa de parálisis infantil y la anencefalia ocasiona que el bebé nazca con el cerebro y el cráneo extremadamente desarrollados. Para evitarlo es necesario que la mujer tome ácido fólico antes de quedar embarazada y durante los primeros meses de gestación.
En cuanto a la anemia, hay un tipo que se manifiesta por la deficiencia de ácido fólico, pues es responsable de producir glóbulos rojos y crear ADN. Esta vitamina no se almacena en el cuerpo en grandes cantidades, por lo que llevar una dieta baja en ella puede producir anemia. Por ello, tomar suplementos de ácido fólico y comer alimentos ricos en esta vitamina puede ayudar a mejorar esta condición.
El ácido fólico contribuye a prevenir enfermedades
El ácido fólico también disminuye la probabilidad de tener cáncer de mamas, colón e hígado y es utilizado en el tratamiento del cáncer de pulmón así como alteraciones en el útero y el vitiligo.
También contribuye a equilibrar los niveles de hierro que pierden las mujeres durante la menstruación y si se combina con otras vitaminas del complejo B permite disminuir el riesgo a sufrir la degeneración macular de la vista relacionada con la edad.
Generalmente se recomienda, tanto a hombres como a mujeres, consumir una píldora al día de ácido fólico para gozar de todos los beneficios que ofrece. Además de consumir regularmente alimentos como cereales, productos con arroz, pasta, panes, vegetales verdes, frijoles secos, lentejas, guisantes secos o naranjas.