Las Selfies ya forman parte del día a día de los usuarios de smartphones y redes sociales, por lo que un teléfono con cámara frontal es una herramienta indispensable en la vida cotidiana. Lo que se desconocía era que estas fotografías podían ser un peligro para la seguridad, al ser comercializadas en la Dark Web.
Este lado oscuro de Internet es el medio perfecto para albergar delincuentes que incurren en cualquier tipo de violaciones a la ley. Se pueden observar sitios de pornografía infantil, venta de identidades falsas y hasta venta de armas, y ahora las selfies son el producto más comercializado en este lugar.
Si un ciberdelincuente tiene en su poder una selfie junto con su identificación personal y las vende al mejor postor, puede abrir cuentas bancarias, solicitar tarjetas de crédito o pedir un crédito.
Estos delincuentes se aprovechan de novedades y actualizaciones que implementan los bancos para la comodidad de sus clientes, por ejemplo, el BBVA fue la primera entidad financiera en España que lanzó el servicio de Alta Inmediata, con este servicio cualquiera puede abrir una cuenta desde su smartphone o a través de una video llamada y un reconocimiento biométrico, o sea, una selfie.
Otro ejemplo sería el caso de los teléfonos Samsung, el BBVA añadió el reconocimiento a través del Iris del ojo para que los usuarios puedan acceder a su aplicación de banca móvil.
Asimismo, VISA también tiene su propia plataforma que usa datos biométricos, y pueden verificarse través de la voz, las huellas dactilares o la cara para que los clientes puedan realizar pagos o se apruebe su solicitud para obtener tarjetas de crédito.
La estrategia más común para obtener datos de una persona es el pirateo de páginas de almacenamiento de información en la nube. Es importante que se cambien de manera frecuente las contraseñas. Además, se recomienda a las personas ser más cuidadosas con la información que suban a la web.
A pesar de que el rostro es lo más común para facilitar el acceso de los ciberdelincuentes a las plataformas bancarias y hacer sus fechorías, hacer el símbolo de la paz en una fotografía también resulta muy peligroso. Una investigación del Instituto Nacional de Informática (NII) de Japón concluyó que con estas selfies en una distancia de alrededor de tres metros, los hackers pueden identificar y recrear huellas dactilares en imágenes claras y bien iluminadas para luego utilizarlas de manera ilícita en teléfonos u ordenadores.