Loon anunció su cierre después de años de trabajo debido a los problemas que encontraron para reducir el precio, principal razón de este proyecto, que buscaba llevar Internet a las zonas rurales o remotas a través de globos situados en la estratosfera.
Alastair Westgarth, director ejecutivo de Loon, anunció el fin de este proyecto en una publicación en Medium, y explicó que se debe a que no encontraron la manera de reducir los costos lo suficiente como para construir un negocio sostenible a largo plazo, pese a contar con socios dispuestos a ello.
Este proyecto buscaba acercar la conectividad a “los últimos mil millones de usuarios” del mundo, es decir, aquellos que se encuentren en zonas remotas y demasiado difíciles de alcanzar, o donde se ofrece el servicio con las tecnologías existentes pero es demasiado caro para la gente común.
No obstante, Loon deja un importante legado. Como detalla Westgarth, el equipo responsable de su desarrollo consiguió trabajar con los gobiernos y los reguladores mundiales de la aviación y las comunicaciones, y encontró la forma de hacer volar de forma segura un vehículo ligero durante cientos de días en la estratosfera, así como de lanzar un vehículo del tamaño de una pista de tenis de forma rápida y segura.
También desarrollaron cargas útiles de comunicaciones que pueden conectarse desde la estratosfera a muchos tipos de dispositivos en tierra y fue pionero en el software que gestiona constelaciones de vehículos de conectividad.
El Proyecto Loon consiste en una red de globos que viaja sobre el límite con el espacio exterior. El objetivo es llegar hasta zonas del planeta aisladas de las innovaciones tecnológicas para garantizar conexión a Internet a todas aquellas personas que lo necesiten.
Loon inició su andadura en 2013 como un programa piloto de Google, ahora de Alphabet. La primera prueba se realizó en Nueva Zelanda donde el artefacto ofrece conexión WiFi y transmite la señal a unas antenas de Internet especiales.
Fuente: DPA