En 2013, el matrimonio de Wanda Nara (32) y Maxi López (34) llegó a su final. Y no en los mejores términos... Sin embargo, el fruto de su amor, Valentino (10), Constantino (8) y Benedicto (7), los mantendrán en contacto de por vida.
"Él, cada vez que puede, continúa con su maltrato. Encima a alguien que hace tanto por sus hijos. Es muy grave, un acto de maltrato. (Maxi) decidió residir en otra ciudad, yo no viviría lejos de ellos".
Cada uno por su lado en el plano afectivo, la blonda le dio una profunda entrevista a la revista Gente en la que contó por qué le quitó el celular que le había dado a sus chicos para que tuvieran comunicación directa con su papá.
"Tenían comunicación todos los días, pero después de su última aparición decidí sacárselos (a los celulares) y, directamente, hacer como me recomendó un juez italiano: utilizar un intermediario. Él, cada vez que puede, continúa con su maltrato. Encima a alguien que hace tanto por sus hijos. Y que, además de no reconocerlo, inventa lo contrario. Es muy grave, un acto de maltrato. Él decidió residir en otra ciudad, yo no viviría lejos de ellos", explicó Nara, tajante en su determinación y dura con el futbolista. López, por su parte, pocos días atrás declaró en Estamos motivados: "No estoy viendo a mis hijos, a veces hasta me prohíbe que hable por teléfono. Es una decisión pura y exclusivamente de Wanda. Yo quería estar cerca de ellos, intentaba girar un poco para estar cerca de ellos, pero siempre con dificultad. Yo me he pasado meses sin poder ver a mis hijos estando a 150 kilómetros".