Muchos directores estaban detrás de la historia de Edie Sedwick, "La chica" de Manhattan, musa del estudio multimedia que en The Factory promovió Andy Warhol. Edie y Andy, almas gemelas que se mimetizaban con sus melenas platinadas y figuras esbeltas hasta la envidia. Más su vida al límite de la experimentación que le dio a ella sus 15 minutos de fama junto al hombre que acuñó el concepto. Pero fue el director George Hickenlooper, conocido documentalista, el que se atrevió a contar el ascenso vertiginoso y la caída brutal de esta estudiante de artes que ingresó al núcleo del pop-art en su auge. Factory Girl (2006) narra esta excitante historia desde el encuentro hasta la muerte de la heroína, por sobredosis y antes de cumplir los 30.
La historia comienza en 1965, cuando Edie (Sienna Miller) conoce a Warhol (Guy Pearce), el hombre que le da el pase libre al mundo de la fama, el éxito y sobre todo ese paraíso bohemio donde creaban películas vanguardistas todo el día y fiestas con mucho glamour que duraban toda la noche. Su perfil de princesa, excepcional carisma y su educación en Harvard no hacían más que prometerle el mejor de los futuros. Pero repentinamente su historia da un giro cuando se encuentra en el centro del universo del Pop Art rodeada de sexo, drogas y rock and roll que la destinan a perder el control.
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En la cima, Edie conoce al famoso músico folk Danny Quinn (Hayden Christensen, sí, el de Starwars) de quien se enamora, con terribles consecuencias. Tan terribles que Bob Dylan, a pesar del cambio de nombre está convencido que se trata de él (y no hay que ser muy audaz para darse cuenta: anteojos, sombrero y armónica al cuello son suficientes). Y demandó a los productores a tal punto que en muchos países todavía no pudo estrenarse comercialmente. El otro que no está muy contento es Lou Reed, integrante del ala musical de The Factory, que no queda muy bien parado en la película. A diferencia de Dylan, Reed aparece con su nombre real, al igual que el resto de los integrantes de The Velvet Underground.
Con o sin la aprobación de Lou Reed, las canciones de su grupo forman parte la banda de sonido de la película, en versiones de los mucho menos reventados Weezer. E incluye "Femme fatale", tema del debut discográfico de The Velvet Underground, que fue escrita por encargo de Warhol y dedicada a la "It-girl" la musa pop que desde una familia norteamericana de sangre azul saltó a la bohemia ácida de The Factory. Más allá de los villanos, donde Warhol ocupa sin dudas el podio, un delicado cuadro del glamour y la tragedia que caracterizan a la obsesiva cultura de las celebrities. Eso sí, bien lejos de Paris Hilton.