La separación de Jorge Rial y Silvia D’Auro fue un verdadero escándalo mediático, años atrás. El periodista y la empresaria pusieron fin a su matrimonio en medio de duras acusaciones y hasta una grave denuncia judicial del conductor a su ex por extorsión, resuelta a su favor.
Con lujo de detalles, Rial relató el doloroso instante en el que se dio cuenta que su matrimonio con D’Auro había terminado. “El momento en que tomé, en serio, la decisión íntima de separarme fue algo que jamás podré olvidar. Me sentí como si hubiese estado dentro de una película. Una película de la que también fui uno de los protagonistas”, contó en su libro Yo el peor de todos.
"Era octubre de 2011. Habíamos viajado los cuatro a Nueva York. La nieve caía finita y transversal. Nos metimos en un restaurante. Silvia, como de costumbre, empezó a gritarle a las nenas".
“Era octubre de 2011. Habíamos viajado con Rocío y Morena a Nueva York. Nevaba. Fue la primera vez que nevó en Nueva York, en octubre. La nieve caía finita y transversal. Te lastimaba la cara. Salimos del teatro de ver El Rey León y nos metimos en Carmine, un restaurante de moda, cerca de Broadway. Silvia, como de costumbre, empezó a gritarle a las nenas”, continuó.
“Ni siquiera me acuerdo cuál era el motivo. Lo único que me acuerdo es que todo el cuadro me empezó a pasar por delante, en cámara lenta, y sin sonido, como la última escena de una vieja película. Silvia gritando y gesticulando. Mis hijas tratando de defenderse. La nieve cayendo. Yo, con la cara frente a la ventana y aparentemente, ajeno a todo”, siguió su relato.
"Todo el cuadro me empezó a pasar como la última escena de una vieja película. De repente, me escuché preguntándome: ‘Jorge, ¿qué carajo estás haciendo? ¿Por qué estás todavía acá?’. Y me respondí, de inmediato: ‘Ya está. Hasta acá llegué’".
“De repente, me escuché preguntándome: ‘Jorge, ¿qué carajo estás haciendo? ¿Qué mierda hacés acá? ¿Por qué estás todavía acá?’. Afuera no paraba de nevar. Y me respondí, de inmediato: ‘Ya está. Hasta acá llegué’”, escribió el periodista en su autobiografía.
“Regresamos de Nueva York y todo siguió de mal en peor. Un sábado a la tarde, después de otra pelea feroz en la casa del country de San Carlos, Silvia, fuera de sí, me regaló la frase que cada tanto repetía y que esa vez esperé con desesperación: ‘¡Andate de acá! ¡No te quiero ver más! ¡Divorciémonos! ¡Me quiero separar de vos!’. Entonces, tomé el bolso que no había desarmado desde que llegamos de viaje y enfilé para la puerta”, completó la íntima escena.