El viernes en Intrusos compartieron imágenes inéditas de Sergio Denis sobre el escenario del Teatro Mercedes Sosa de Tucumán donde tuvo el grave accidente que hoy lo mantiene internado en la clínica de rehabilitación Integral ALCLA.
Tras ver el video, Jorge Rial hizo una profunda reflexión y contó una situación personal que le tocó atravesar: “Vi el video y no veo drogas, veo mucha medicación. Porque me hace acordar a una cosa que alguna vez me pasó a mí también. Algunos estaban acá. Tuve una época en la que me costaba decir palabras porque estaba con un problema....”.
Jorge contó cómo vivió ese momento de su vida en el que debió medicarse por un problema de salud: “Y me costaba mucho. Es desesperante. Era igual que él. Para mí no es falopa, para mí es medicación fuerte. Es lógico, así medicado no podés. Yo salí varias veces acá así y me costaba decir algunas palabras. La desesperación que yo tenía era porque veía palabras escritas y sabía que no las iba a poder decir; así que dos segundos antes ponía a trabajar mi cabeza a mil por hora para encontrarles un reemplazo”.
"Es lógico, así medicado no podés. Yo salí varias veces acá así y me costaba decir algunas palabras. La desesperación que yo tenía era porque veía palabras escritas y sabía que no las iba a poder decir"
“Era terrible. Yo terminaba agotado mentalmente, porque tenía que reemplazar esas palabras y no podía. Sentía que me trababa, es jodido. Lo vi a Sergio igual. Creo que Sergio no estaba en condiciones de salir, de verdad. Uno hace el esfuerzo y lo entiendo porque es un profesional. Yo también salí acá un montón de veces y no tendría que haber estado pero uno sale porque es el laburo y todo. Pero después terminás agotado, mal”, agregó ante la atenta mirada de sus compañeros de Intrusos.
Jorge comparó su situación con la de Sergio e intentó transmitir lo que se siente en esas circunstancias: “Me lo imagino a él pendiente de la letra, de cantar bien, pendiente de no olvidarse. A mí me pasaba, en esa época hacía Intrusos y Gran Hermano. El día que hacía las dos cosas, terminaba mal. Y a la mañana hacía radio. No daba más. Además uno ya sabe qué palabras puede decir, y lo que más te cansa es la gimnasia de evitar esas palabras. Era terrible”.