El sábado por la noche Jorge Rial (57) y Romina Pereiro (39) consumaron su boda, luego de casi dos años en pareja. La organización del evento corrió por cuenta de Claudia Villafañe, y fue una fiesta súper íntima de menos de 100 invitados en un salón del barrio de Villa Urquiza.
Esa noche estuvo soñada y planificada también por Pereiro, aunque el conductor de Intrusos se reservó algunos requisitos respecto de qué era imprescindible que haya. En tono confidente, el periodista aseguró en su programa: “Yo pedí dos o tres cosas, porque todo lo organizó Romi”. Luego, enumeró: “Una fue la mesa de habanos y puros”.
Los tres requisitos de Rial fueron: una mesa de habanos y puros, la calidad del vino y que la mesa de tragos tuviera "lo mejor de lo mejor".
Luego de admitir que se preocupó de que la prensa que cubría el evento esté bien atendida en cuanto al alimento, la bebida y el espacio para estar, Rial aclaró: “Luego pedí que la mesa de tragos tuviera lo mejor de lo mejor”.
En cuanto a los medios, se esforzó por ser equitativo con todos por igual y manifestó: “Todos tienen las mismas fotos, nadie tiene la exclusiva”.
Además, Jorge Rial especificó que se puso firme con la calidad “del vino” que se iba a ingerir durante su casamiento.