En el debut de Dueños de la cocina, Narda Lepes demostró ser, además de una de las figuras más fuertes de nuestra gastronomía, una jurado tan mordaz como implacable. Sin embargo, una participante logró quebrarla sólo con una deliciosa creación y la sencillez de sus palabras.
Ana Paula, oriunda de Merlo y de 37 años, preparó para ingresar al programa un pique macho boliviano con salsa de maní picorosa, plato que primero puso en alerta a los tres jurados, pero que al probarlo hizo que quedaran totalmente fascinados. Al instante Christophe Krywonis, Donato de Santis y Narda quisieron conocer a la autora del plato.
"Cocino desde los 6 años para toda mi familia y trabajo en cocina desde los 18", aseguró Ana Paula, pero Christophe quiso saber más sobre sus comienzos. "Vengo de una familia enorme, somos 14 hermanos. Yo soy la mayor, así que tuve que cocinarles a todos. Mi mamá se iba a tener familia y yo, a cocinar", contó la cocinera.
La participante, además admitió que la emocionaba cuando un comensal en su restaurante elogiaba un plato que había preparado y al contarlo, no pudo evitar derramar unas lágrimas. Sin embargo, Narda quiso saber cómo reaccionaba cuando se enojaba en el intenso y estresante mundo de las cocinas, lugar de tradición masculina: "Cuando me enojo lloro a escondidas", dijo la concursante, mientras Narda la compadecía con un "yo también".
El premio de Ana Paula por su exquisito plato fue un pasaporte directo para Dueños de la cocina en carrera por el gran premio final.