A fines de noviembre Floppy Tesouro (34) bautizó a su hija Moorea (3), y lo que debió ser un evento familiar a pura alegría, se convirtió en el cimbronazo que desencadenó en su separación de Rodrigo Fernández Prieto (40). La modelo y el empresario de la construcción habían sido amigos de toda la vida, hasta que cuatro años después la relación mutó a pareja, pero no funcionó como ella soñaba.
"La desconexión fue este año, entre el trabajo mío, que estoy trabajando mucho, el trabajo de él y las vacaciones de él por el surf que se hacen largas. Y yo quizá tengo necesidades básicas de la pareja".
En una entrevista con Intrusos, Floppy se sinceró respecto a su ruptura con el millonario: "Quiero un compañero, una familia, que es lo que formé. Él es un ser libre, me ama profundamente y lo tengo clarísimo, pero la manera en que me ama no me es suficiente". Luego de deslizar que fue ella quien tomó la iniciativa para distanciarse, a pesar de que fue de común acuerdo, Jorge Rial le pidió que precisara cuándo comenzaron los conflictos y ella blanqueó: “Fue este año, entre el trabajo mío, que estoy trabajando mucho, el trabajo suyo y las vacaciones suyas por el surf, que se hacen largas... y yo quizá tengo necesidades básicas de la pareja. Eso nos fue desconectando”.
"Me dolió que no me acompañó a mí ni a Moorea. Ese fue mi gran dolor, pero él no lo vive así. Rodri me dijo que no quería ser parte de eso, que no le parecía, ni que estuviera bien el bautismo”.
Hasta que Débora D’Amato indagó respecto de la llamativa ausencia de Fernández Prieto al momento de darle a su hija el primer sacramento católico, y Tesouro reconoció: “El bautismo de la nena me marcó mucho, para mi fue una bisagra. Salí adelante, pero fue una bisagra. Él no es creyente y tampoco nos casamos por Iglesia. Todo lo que tenía que ver con mi parte de Susanita y la Iglesia no se dio, pero lo del casamiento a mí me dio igual, porque tuve la fiesta más maravillosa del mundo. Nos casamos con una ceremonia divina y por Civil. Eso no me movió la aguja, pero sí el bautismo, porque cuando una es mamá la prioridad es el hijo. Entonces, me dolió que no me acompañó a mí ni a Moorea. Ese fue mi gran dolor, pero él no lo vive así. Rodri me dijo que no quería ser parte de eso, que no le parecía, ni que estuviera bien el bautismo”.
“Creí que íbamos a sacar adelante lo del bautismo, de hecho lo sacamos, pero fueron pasando pequeñas cositas que tenían que ver con lo que uno quiere y lo que no quiere”.
Al final, Floppy Tesouro admitió que en su momento se dio cuenta de que el bautismo fue la génesis de lo que sería su separación con Rodrígo Fernández Prieto, y reveló: “Creí que íbamos a sacar adelante lo del bautismo, de hecho lo sacamos, pero fueron pasando pequeñas cositas que tenían que ver con lo que uno quiere y lo que no quiere”.