Mucho antes de triunfar como modelo, a sus 18 años Daniela Cardone (55) trabajó en el aeropuerto de Neuquén "en la parte de despacho de tráfico". En ese entonces se produjo la primera tragicómica anécdota de la actriz con un gato, cuando una señora mayor fue a reclamar que le entreguen la mascota que había quedado en la bodega del avión.
"Me dijo ‘hola, vengo a buscar a mi mascota’. Entonces, mis compañeros me llamaron al fondo y me dijeron que la mascota vino congelada donde iban todas las valijas".
Como parte de "Dilema", el juego interactivo de Pamela a la Tarde en que los espectadores tienen que advinar cómo actuó el invitado ante la situación, Daniela explicó: “Fue desesperante. Encima la atendí yo. Me dijo ‘hola, vengo a buscar a mi mascota’. Entonces, mis compañeros me llamaron al fondo y me dijeron que la mascota vino congelada donde iban todas las valijas. Entonces, los chicos fueron corriendo a buscar un gato callejero de los que andan por el aeropuerto, y tiraron afuera al gato que pensaron que estaba congelado y trajeron a uno normal, que encima estaba con todo el estrés. Y le entregué ese gato… ”.
"Me acuerdo que era un gato negro y le pusimos uno parecido, porque había varios en el aeropuerto. Fue por desesperación, porque la señora era muy grande y teníamos miedo de que se nos infarte ahí. Y la señora empezó a gritar, ‘¡no, ese no es mi gato, Mi gato está embalsamado!’".
Luego, la actriz de Sex completó con la reacción de la señora: “Empezó a gritar, a decir que no era su gato. Me acuerdo que era un gato negro y le pusimos uno parecido, porque había varios en el aeropuerto. Fue por desesperación, porque la señora era muy grande y teníamos miedo de que se nos infarte ahí. Y la señora empezó a gritar, ‘¡no, ese no es mi gato; mi gato está embalsamado!’. ¡Y nosotros lo tiramos porque pensamos que había venido congelado! Después lo fuimos a buscar… pasamos un papelón”.
En esos tiempos, Daniela Cardone todavía no tenía gatos y ni siquiera se imaginaba que tres décadas más tarde sería ella quien tome la decisión de embalsamar sus gatos.