A más de diez meses de decretarse el coronavirus como una pandemia, Cinthia Fernández se aisló preventivamente tras el positivo de Mariana Brey, su compañera en LAM, junto a sus tres hijas, Charis, Bella y Francesca Defederico.
Con el hisopado negativo, la panelista habló con el programa de Ángel de Brito sobre sus días de "encierro" y reveló qué fue lo que más sufrió, a nivel hogareño, de la crisis sanitaria y la cuarentena, luego de que una especialista remarcara que esta situación obligó a las familias a compartir más tiempo juntos.
"¿Vos cómo llevás la paciencia con tus hijas? Yo te veo siempre de buen humor", le preguntó Laurita Fernández a Cinthia, quien está reemplazando a De Brito en la conducción. Y ella respondió: "En mi casa yo soy muy presente, pero para lo único que tengo paciencia en la vida es para mis hijas. Porque no tengo ni con los chicos que son de mis amigos. A ellas les permito todo. Y está mal, pero bueno, soy así".
"Para mí fue traumático enseñarles a leer y a escribir. Eso es algo que no lo sé hacer y me costó muchísimo. Sin embargo, mi vieja me enseñaba así. Nosotros derivamos mucho al colegio".
Acto seguido, puntualizó en su rol de mamá y maestra, tras la suspensión de las clases presenciales: "Con ellas soy muy presente, juego mucho, pero también trabajo mucho. Así que es verdad (que la pandemia) tuvo su lado positivo. Y otro lado positivo, aunque para mí fue traumático, fue enseñarles a leer y a escribir. Eso es algo que no lo sé hacer y me costó muchísimo. Sin embargo, si me pongo a pensar, mi vieja me enseñaba así. Nosotros derivamos mucho al colegio y esto fue volver a los tiempos de antes, donde todos hacíamos todo. Mi vieja tenía guardado en un baúl mis cuadernos".
"¿Y funcionó?", le retrucó Laurita. Y Cinthia se sinceró: "No, nada. Compré los números en imanes y nada".
Atenta a su relato, Laurita le retrucó con humor: "¿Y funcionó?". Y Cinthia Fernández se sinceró: "No, nada. Compré los números en imanes y nada".