Agustín Casanova se convirtió en una celebridad con Márama, la banda de cumbia pop uruguaya con la que conquistó Argentina de punta a punta. Luego de tres años al frente de la agrupación, y tras un exitoso paso por el Bailando, el joven decidió emprender una carrera solista y diversificarse.
Actualmente en la pantalla del eltrece, donde se luce como uno de los galanes de Simona, Agustín habló de los avatares de la popularidad y su secreto para no caer en la tentación de los excesos. “Sí, la fama me mareó mucho. Es realmente muy extraño lo que sucede a tu alrededor y en tu propia cabeza cuando las cosas comienzan a funcionar de manera inesperada”, comenzó, en una entrevista con la revista Luz.
"El catering nuestro consistía en barritas de cereal con frutas y yogur. Te lo juro. Nada de alcohol".
“No creo que los llamados excesos, ya sea de drogas o alcohol, sean siempre parte de ese paquete. Pero hay que esforzarse mucho para no perder el foco. Por eso en mi camino yo siempre fui con pies de plomo, muy precavido y atento. En Márama, por ejemplo, estaba prohibido todo”, contó.
“El catering nuestro consistía en barritas de cereal con frutas y yogur. Te lo juro. Nada de alcohol. Recuerdo una frase de mi representante que me dijo: ‘el 80% de los músicos a los que la fama les llega muy rápido, termina mal’. Ahí decidí que yo iba a ser del 20% restante. Y una cosa más: a nosotros nos siguen muchos chicos, es importante el mensaje que damos en todo momento”, completó Casanova.