La esperanza es lo último que se pierde. Así lo entendió Víctor Castellano, que con gran coraje y envidiables ganas de vivir se presentó en y entonó . Y Víctor sabe por carne propia lo qu es tener fe, ya que espera con ansiedad la donación de un riñón que le permita normalizar su vida, sin depender de la diálisis.
Padre de tres chicos, el hombre de 41 años se sentó a zapar con su guitarra y entonó el clásico del folklore. Con simpleza y dulzura, vocalizó la samba con gran personalidad y armonía. El jurado sólo movió sus manos para aplaudir la magnífica performance, lejos de bajarle la palanca.
Al finalizar, Victor confesó: “Hace dos meses y medio tuve una operación de columna y hoy ando jodido”. La energía del público y su propio entusiasmo le dieron las fuerzas necesarias para pararse a pesar del sufrimiento, aunque no pudo contener la emoción y rompió en llanto sobre el hombro de Mariano Iúdica.
Con lágrimas de alegría, el cantor se retiró ovacionado del escenario cumpliendo con la noble tarea de despertar la conciencia del público sobre la donación de órganos.
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