Una gran tristeza se siente en el aire, la partida de Luis Alberto Spinetta dejó un vacío imposible de llenar. La música perdió a un poeta y a un hombre querido por todos sus colegas. El flaco falleció el miércoles pasado, a los 62 años, luego de luchar contra un cáncer de pulmón.
Muchos lo homenajearon a su manera, con una foto como fue el caso de Charly García, con una carta como Mario Pergolini o con simples palabras ante un micrófono y una cámara de televisión. Por su parte, Pedro Azanar quiso dedicarle un poema y lo publicó en su perfil de Facebook.
“Hoy todas las guitarras están de luto. La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas sólo puede pensar en la tuya, tal vez porque el barro tal vez porque este balcón donde te vi casi por última vez mira una nube de la forma y el color de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos.
“Este balcón que se quedó esperando una charla, unas palabras o un abrazo más que ya no llegará. Luto también en las palabras habituadas como estaban a que les pusieras cascabeles, guirnaldas, asonantes o ruedas de tren apocalíptico caleidoscópicos ojos de fértil papel de tu prolífica pluma que suma y resta sílabas del metro patrón de las esferas apenas solas a solas penas.
Adiós que sea A-Dios a sus brazos a ese rincón de magia que seguramente él guardará para los que se animan a jugar con los bloques con los que ha construido el mundo haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos donde el corazón se muestra y baila desafiando al vacío.
Adiós mientras me duele el pecho te imagino en viaje por inmensidades más vastas que las del Capitán, pero a diferencia de él sé que tendrás todos los tangos silbados al oído y nunca faltará un mate ni perfume a malvones. En todos nosotros se queda un pedacito tuyo serás inspiración multiplicada por millares a lo largo de los años y lo ancho de las geografías.
Cambiaste nuestras vidas abriéndole camino a la imaginación cantándole salvaje o dulcemente a los misterios que nos habitan al misterio que somos. Adiós. No me resigno a tener que decirlo. Adiós mensajero del infinito”.
Pedro Aznar