El tumor de mediastino lo tomó por sorpresa y, casi contra las cuerdas, optó por dar una lucha frontal para combatir el cáncer. Con mucha fe, paciencia y respetando las indicaciones de sus médicos, Badía fue revirtiendo la situación.
Lo que en un principio fue un tumor maligno de las dimensiones de un sachet de leche se redujo al tamaño de una pelotita de ping pong pinchada. El último paso para eliminar el cáncer era pasar por el quirófano para extirpar los vestigios de tumor.
Y como gracias a Dios y el tesón de Juan Alberto, el proceso resultó más de lo que parecía en un principio, el periodista se acordó del vital apoyo de sus seguidores y les dedicó estas líneas:
"Quería abrazarme a todos ustedes para significarles una vez más mi agradecimiento por sentirlos tan cerca de ésta nueva etapa de mi recuperación.
Con estas palabras quiero decirles que he salido muy bien de mi intervención quirúrgica y hoy, ya desde mi casa, y desde nuestra radio, contarles que estoy en la etapa donde el descanso, la kinesiología y el aguante están dando sus frutos. Gracias queridos oyentes y mil disculpas por no poder contestar cada uno de los tantos reconfortantes mensajes".
Para que la recuperación y la felicidad sean completa, Beto debería vencer su adicción al tabaco. Con el empeño y dedicación que demostró para derrotar al cáncer, tendría que conseguir .