Por unos minutos, la casa de Gran Hermano perdió la esencia de su juego: el aislamiento. Un grupo de fanáticos de Cristian U. hizo sonar a todo volumen la cumbia del paseador de perros en la famosa esquina de los gritos. Y llegó a oídos del polémico participante, claro.
Martín Anchorena estaba haciendo pesas en el patio, cuando escuchó la divertida canción. Enseguida lo llamó a Cristian U., que fue hasta el patio a las corridas.
Al oírla, entre sorprendido y contento, Urrizaga se puso a bailar junto a los otros participantes.
¿Lo tomará como una señal de suerte del afuera en la gran final que ya está en marcha?