El inventor de la lata de cerveza fue Gottfried Krueger, un inmigrante alemán que abrió a principios del siglo XX su propia cevercería en Estados Unidos.
De esta forma, el nuevo envase permitió poder vender cerveza a zonas cada vez más alejadas, ya que antes de su creación, a las cervecerías sólo les convenía vender sus botellas en un radio de 50 kilómetros, para poder rellenarlas de nuevo.
El 24 de enero de 1935 la cerveza en lata llegó al mercado. Y tal fue el éxito de la lata de cerveza que a fines de ese año se habían vendido 200 millones. En 1936 el invento llegó al Reino Unido y muchas cervercerías empezaron a venderlo.
Pero la lata no siempre tuvo el mismo diseño. Las primeras tenían un cuello, como las de las botellas actuales y se cerraban con una tapa corona y se necesitaba una llave con la forma de una torre de una iglesia para abrirla.
Algo muy incómodo si se quería tomar una cerveza, pero no se tenía una de esas llaves. Así que luego surgió la idea de crear una tapa con una argolla integrada para tirar.
En la actualidad y en todo el mundo, un 30 % de las cervezas son vendidas en latas.