Para muchos la virginidad es una especie de marca de nacimiento que prefieren perder. Para otros, es un tesorito que hay que conservar. Por supuesto, la cosa es diferente para varones y para mujeres. Como sabemos, en pos de la estrafalaria demanda de mantener el himen intacto, algunas mujeres prefieren entregar cualquier otro orificio con tal de que no sea ESE. Para ellas parece haber legado un producto especialmente diseñado: el
Sí, aunque parezca un poco innecesario, un poco ridículo, alguien lo fabricó y ya lo están vendiendo. Recordemos que todavía hay sociedades bastante más conservadoras que la nuestra, en las que no ser virgen puede representar un problema serio para las mujeres. Y en esos países este producto puede resultar casi revolucionario.
El procedimiento para volver a ser vírgenes es sencillo. Hay que abrir el paquetito, introducir el falso himen en la vagina y esperar 15 minutos. Osea, basta con hacerlo un cuarto de hora antes de entrar en acción. En ese lapso el falso himen comenzará a hacer su sucio trabajo: se expandirá un poquito. De esta manera el muchacho tendrá la sensación de estar penetrando una vagina ajustada (perdón pero no puedo resistir la tentación de decir: ¡qué tremenda pavada!) y cuando eso suceda, es decir, cuando el acto sea consumado, el falso himen estallará liberando un líquido rojo, totalmente antialérgico, que dejará creer al señor desvirgante que acaba de protagonizar una desvirgación certificada.
El cosito cuesta 30 dólares y se puede encargar a través de la web desde prácticamente cualquier parte del mundo y desde acá también.
Me imagino que alguien puede llegar a querer usarlo para hacer un chiste de dudosa categoría. También puede resultar muy útil para los productores de una porno que se titule "Eternamente virgen" en la que la chica pierda una y otra vez su tesorito mientras pasan los señores con sus portentosas... en fin. A la que lo necesite usar en serio, mis condolencias.