Joaquín Sabina está en este momento en chancletas paseando por la playa con sus hijas. Estará de vacaciones, sí, pero igual tiene tiempo de cerrar tratos: el 20 de enero Sabina se presentará en el estadio de Boca Juniors. Además de tocar en Boca (¿una sola función?) pasará por Rosario, Córdoba, Mar del
El español está descansando para juntar energías previo a la gira y porque estuvo desde mediados de junio metido en el estudio de grabación preparando su próximo disco. El álbum se llamaría Vinagre y rosas, pero Pancho Verona, colaborador histórico de Sabina, confía en su blog que esto puede cambiar de un momento a otro. "Yo no me lo acabo de creer. Dado que el anterior empezó llamándose Doce más una, siguió llamándose Números rojos y terminó llamándose Alivio de luto, todavía no me creo nada". Tampoco está definida la cantidad de temas que lo integrarán.
Pero Verona igual confía en que Sabina se trae un disco importante entre manos. "¡Joaquín ha sacado el nivelazo (sic) y cantado muy bien! ¡Juanito (González, el ingeniero de sonido) le está sacando un color de voz impresionante, las letras van creciendo día a día y las canciones se van volviendo unas señoras de aspecto impresionante! Tenemos un disco importante entre manos. Esa es nuestra sensación, y Joaquín se encarga a diario de contagiárnosla, porque él está muy enganchado, y eso es lo realmente importante".