El israelí Andy Ram, pese a ser un tenista del montón, acaparó todas las miras en su debut en el torneo de Dubai. La razón es que pudo participar aquí, después de varias idas y venidas, ya que hasta último momento no querían darle la visa por los conocidos enfrentamientos entre su país y los Emiratos Arabes.
Lo cierto es que Ram, doblista junto al zimbabuo Kevin Ullyet, perdió por 6-3, 3-6 y 10-8 ante el español David Ferrer y el ruso Marat Safin. El resultado es un detalle, en definitiva, de una singular historia. Durante estas horas Andy se movió como "un preso de lujo". Estuvo protegido por una seguridad extrema, a su vestuario sólo podía acceder él y, como si fuera poco, estaba autorizado a conversar sólo con un periodista. "Es para protegerlo", argumentaron en la organización.
Una semana antes la visa le fue denegada a la israelí Shahar Peer para el torneo femenino, lo que dio pie a una multa histórica de la WTA al torneo.
El israelí, de origen uruguayo, se ubica en el duoécimo lugar del mundo en la categoría de dobles y por su clasificación, única regla que califica a un jugador para competir, tanto por la WTA como por la ATP, tiene asegurada su participación.
Cuando todavía estaba en duda si lo iban a dejar intervenir, se barajó incluso la posible suspensión de la etapa de Dubai. Ram, sin embargo, pidió en ese momento sensatez, antes de que le llegara la bendita autorización: "Cancelar el torneo es la última cosa que Shahar, la WTA, la ATP o cualquiera desea. Por otra parte es uno de los torneos más grandes en el calendario y tenemos que encontrar una forma de que los israelíes puedan competir allí. Las personas encargadas en el circuito, la WTA y la ATP, tienen que responsabilizarse".
El torneo masculino de Dubai es uno de los más prestigiosos del calendario masculino, con un premio de 1.400.000 y en el que participan los mejores del mundo.
Dubai, por su parte, emitió en su momento un comunicado en el que explicaba que los motivos de su decisión original obedecían a "razones de seguridad". En dicha nota, el torneo señalaba que "se ha aumentado la preocupación por su bienestar (el de Peer)" y que la decisión también obedecía a la posibilidad de que "su presencia incite las protestas".
Vale recordar que, más allá de la excepción que se hizo con Ram, en Emiratos Arabes sólo se permite la entrada a los israelíes que tengan doble nacionalidad o en circunstancias excepcionales, como finalmente ocurrió en este caso.