"Mi mamá queda embarazada a los 17 años. Mi 'progenitor' se borró y nunca dio ni un centavo".
Seis meses atrás, Dallys Ferreira realizó un conmovedor y espontáneo descargo en vivo. Por entonces panelista de Desayuno americano, reveló al aire su dramática historia familiar y no pudo contener las lágrimas. La modelo y actriz paraguaya contó detalles de su duro pasado, signado por la ausencia de su “progenitor” (como llama a su padre biológico), la pobreza y la estrecha relación que forjó con su madre, Rafaela.
“Mi mamá queda embarazada a los 17 años. Era una niña de colegio y, como todo hombre, opta por lo más fácil: 'Vamos a abortar'. Y mi mamá decidió continuar con el embarazo con todo lo que implica. Ellos eran noviecitos de colegio, más adelante él se casa con otra mujer y forma una nueva familia. Se borró y nunca dio ni un centavo”, relató Dallys.
"Nunca tuvo ningún tipo de interés. Con mi mamá no teníamos para comer ".
Visiblemente agobiada por los recuerdos, proseguía con su relato. “Mi papá nunca tuvo ningún tipo de interés, cuando no hay cariño, no hay cariño. Con mi mamá no teníamos para comer y si él hubiese ayudado, habría sido todo distinto. Mi mamá lo llamó para que me salude por mis 15 años y yo escuché por teléfono cuando él le decía 'no, no, hablá vos' a mi media hermana. Tuve que cortar el teléfono...”, sollozó la actriz de Sé infiel y no mires con quién.
"Sufrí mucho cuando era niña y nos fuimos a vivir a Ciudad del Este. Mi mamá consiguió una piecita y dormíamos las dos en un colchón"
La ausencia de su “progenitor” no sólo fue un golpe a su corazón, sino también a la endeble situación económica de su madre. “Sufrí mucho mucho cuando era niña. Cuando tenía 3 años, nos fuimos a vivir a Ciudad del Este. Mi mamá consiguió una piecita y dormíamos las dos en un colchón”, aseguró la panelista.
Ayer, Dallys recibió la peor noticia: su hermano menor Jonathan, de apenas 20 años, se había suicidado. El joven se habría arrojado al vacío desde el cuarto piso de su departamento de Ciudad del Este.
El drama y el dolor vuelven a golpear a su puerta.