Diego Gualda, periodista de la revista Noticias, es el autor de Buenos Muchachos, un material que promete polémica. Entre los capítulos, que reconstruyen la vida profesional y personal de Jorge Rial y Luis Ventura, se destacan algunos títulos: Apuntes para una biografía o dos, Los secretos de la corte, El imperio contraataca, Mamá muerde la banquina, Jorge versus Jorge, De tal palo, Adiós hermano cruel, El espectáculo del periodismo, La gran hermana, Chimenteros S.A., Extraña pareja, y Aquí no ha pasado nada, entre otros.
"Nadie quiere hablar en ‘on’, ya que no son pocos los que les temen por lo que saben, por esas carpetas que, en el momento menos pensado pueden esgrimir en cámara para terminar con carreras, matrimonios, amistades, o aspiraciones de cualquier índole", asegura la contratapa.
El libro comienza con la biografía familiar y el origen humilde de ambos, porque según el autor una buena manera de conocerlos es “entenderlos a través de sus padres”. Las páginas recorren los inicios periodísticos hasta el momento en que se cruzan y comienza esta dupla, que “han logrado crear una red de fuentes y contactos que parece no tener límites”, según consigna Gualda.
"Nadie quiere hablar en ‘on’, ya que no son pocos los que les temen por lo que saben, por esas carpetas que, en el momento menos pensado pueden esgrimir en cámara para terminar con carreras, matrimonios, amistades, o aspiraciones de cualquier índole", asegura la contratapa.
Aquí, los párrafos más salientes.
Cómo se conocieron
“Si aún cuando hoy el balance de poder parece colocar a Rial en el puesto de liderazgo, en aquellos tiempos remotos solo era ‘el chico nuevo’ que trabajaba con Avilés. Ventura, en cambio, ya tenía una década de oficio. Se cayeron bien mutuamente y Ventura casi apadrinó a Rial. Le pasaba datos y chimentos, lo ayudaba. Pronto dejaron de ser colegas para convertirse en amigos y compañeros de salidas nocturnas. Eran jóvenes, eran periodistas, creían que podían comerse el mundo de un bocado”.
El miedo
“Casi nadie se anima a hablar de Jorge Rial y Luis Ventura en on, en cámara o ante un periodista con el grabador encendido. Nadie en el ambiente –con lo que sea que ‘el ambiente’ signifique– los quiere de enemigos. Hay miedo a las represalias, al carpetazo que destruye reputaciones”.
Ventura y una dura época del pasado
La escasa información biográfica más o menos oficial que circula sobre Luis Ventura deja siempre la impresión de estar plagada de estas anécdotas mejoradas, de estas idealizaciones del pasado: “Eran tiempos de la dictadura y había desaparecidos. Y como era yo, con mi temperamento cabrón, mi viejo tenía miedo que en una facultad tan sensible como la de Puán yo terminara pagando alguna consecuencia. Entonces terminé anotándome en la Tecnológica Nacional, en Ingeniería.En esa universidad hubo siete desaparecidos. Ventura cuenta que tuvo amigos torturados; otros, desaparecidos”.
Rial y el resentimiento
“Fui un resentido durante mucho tiempo y no me arrepiento (…) Mi resentimiento era energía pura y me sirvió como un método de superación (…) Sigo odiando el colegio al que fui, cada momento que pasó y cada cosa que me dijeron”. Todo esto, en un tiempo en el cual la palabra ‘bullying’ no existía.
Silvia, la ex de Rial
“La ex despechada quería hablar del divorcio, de sus hijas, de su sufrimiento y de cómo Jorge Rial la difamaba en los medios. Nosotros, en cambio (al fin y al cabo éramos la siempre maldita revista Noticias) queríamos hablar de otras cosas, de esas que interesan a nuestros lectores: poder, dinero, corrupción, las vinculaciones de Rial con la política y otras bellezas”.
En las 371 páginas del libro, se habla también de la relación con Susana Giménez, Jorge Lanata, Marcelo Tinelli, con el clan Legrad-Tinayre-Viale, el escándalo con Marianela Mirra, el conflictivo divorcio de Silvia D´auro, y el nacimiento del emporio periodístico que los reunió durante los últimos 15 años.