Si bien en la Argentina no es una novedad la lamentable situación de las personas en situación de calle que viven en desamparo desde mucho antes de la pandemia, hay ciertas historias que logran llegar al corazón de la gente y generar una empatía particular.
Eso pasó con Daniel y Lautaro, un padre a quien no le quedó otra opción que irse a vivir a Plaza Congreso con su hijo. Afortunadamente para ellos, su caso se conoció a través de eltrece y despertó la ayuda solidaria de la audiencia, que les hicieron llegar víveres de todo tipo: ropa, comida y elementos de higiene.

Emocionados, Daniel y Lautaro expresaron su agradecimiento y alegría por las donaciones recibidas, luego del drama que vivieron apenas comenzada la cuarentena, cuando el hombre, electricista, albañil, viudo y sin trabajo, fue echado del hotel donde vivía junto con el nene. Para colmo, a los dos les robaron sus pertenencias, útiles y herramientas al acudir a un hogar en busca de comida y techo.
“Tenía que pasar algo así para que realmente empiece a funcionar este tema. Yo sé que la Argentina es solidaria, pero a veces se olvida un poco. Yo lo dije, el que está arriba nunca se tiene que olvidar que algún día puede llegar a estar abajo”, señaló Daniel.

El hombre contó a Telenoche que el aluvión de donaciones empezó a llegar en la mañana de ayer, mientras contaban su caso en Nosotros a la mañana, y agradeció a Elsa, una mujer que se ofreció a centralizar las donaciones a través de una página de Facebook.
Daniel dijo que esa noche dormirían en un hotel. Pero la sorpresa más grande fue enterarse, en vivo, la cantidad de personas que querían ofrecerle trabajo y hasta la posibilidad de vivir a una casa, gracias a un hombre que les ofreció una vivienda en Provincia de Buenos Aires porque al verlo en la pantalla se había acordado de un tío muy querido.
"A mí me dan trabajo y que la ayuda social se la den a alguien que la pueda necesitar. Yo por suerte tengo dos brazos, dos piernas y una cabeza que piensa".
"A mí me dan trabajo y que la ayuda social se la den a alguien que la pueda necesitar. Yo por suerte tengo dos brazos, dos piernas y una cabeza que piensa. Tengo 54 años, para la sociedad sos viejo para trabajar, pero sin embargo tengo una mucha experiencia", había dicho anteriormente, manifestando su mayor deseo.