El escenario de terror que vive Italia desde que el brote de Covid-19 estalló el 21 de febrero sigue cobrándose vidas y convirtiendo el día a día de los profesionales de la salud en una película de terror.
Según informó Julio Algañaraz, corresponsal en dicho país para diario Clarín, el contagio alcanzó a un recurso humano hoy imprescindible, el personal sanitario, que hasta el momento cuenta con 5700 afectados por el Covid-19 y, hasta el pasado miércoles, 29 muertes.
Las últimas registradas son las de Rosario Lupo, de Bérgamo, y Giuseppe Fasoli, un profesional jubilado que cumplía sus tareas como voluntario en Brescia. Pero al fallecimiento de médicos y médicas se les suma el drama de dos enfermeras que se suicidaron.
Daniela Trezzi tenía 34 años, era enfermera de terapia intensiva en el hospital de Monza, donde llegan los enfermos más graves y decidió ahorcarse en el mismo hospital. Colapsada y agotada por lo que estaba viviendo, se había contagiado de coronavirus y tenía terror de haber contagiado a otros.
En su nombre, los trabajadores de la Unión Sindical de Base pararon para obligar al Gobierno a cerrar más fábricas que hacen peligrar la salud pública al ser focos de infeccion.
Otra de las vidas que se cobró la pandemia, esta vez en el Véneto, fue la de la enfermera Silvia Luchetta, de 49 años, quien se mató arrojándose al mar. Según cuentan el hospital de Jesolo, donde trabajaba, ella era de quienes más profundizaban en su relación con los pacientes entubados de terapia intensiva a través de carteles.
“¿Estas bien?”, “Llamó tu hijo”, “Estás mejor, te mandamos a otro sector”, son los mensajes que el corresponsal mencionó que son corrientes en estos sectores de los centros donde se intenta pelear contra este enemigo que, día a día, arrasa con más vidas.