"Yo soy hincha de corazón de River, pero lamento decir que Oscar Ahumada tenía razón". El tweet de @elogro23, escrito en la madrugada del domingo 21 de agosto, había desatado un escándalo 2.0. Fue horas después del 1-3 de Independiente Rivadavia de Mendoza, el equipo donde juega Cristian Fabbiani, ante el propio Millonario. Y luego de que el mediático futbolista, quien le había confirmado a Ciudad.com que ése era su perfil oficial en Twitter, fuera insultado por los hinchas del club del que él se confiesa fanático (hasta se tatuó en su brazo "Gallina se nace, no se hace").
Ahumada, a quien ese mensaje le daba la razón, había sido el autor de la histórica frase del "silencio atroz", con la que describió lo que vivió en el Monumental como jugador de River, durante un partido ante San Lorenzo que su equipo perdió increíblemente.
Ahora, cuatro días después de ese tweet, Fabbiani salió a ¿aclarar? que no fue él quien escribió ese duro mensaje. "Mi cuenta de Twitter me la hackearon. Yo no escribí que Ahumada tenía razón por el silencio atroz", dijo en diálogo con Indirecto, programa de TyC Sports.
Hasta ahí sería un caso más de "robo de identidad informática". Pero lo curioso es que, semanas atrás, Fabbiani vivió una situación similar con su cuenta de Twitter. Fue cuando Paulo Ferrari hizo un gol para River, durante un partido contra Estudiantes de La Plata, y el Ogro escribió sobre su ex compañero: "Mirá quién hizo el gol, el chupap... de los dirigentes". Ante la repercusión mediática, Fabbiani se excusó diciendo: "No lo escribí yo, fue mi primo que me robó el celular y escribió eso para cargarme". Pero tiempo después, entrevistado por el diario Olé, se desdijo de su desmentida: "Lo escribí yo. Ferrari es un alcahuete de los dirigentes. Hizo muy bien Almeyda en no quererlo para esta temporada (N de la R: se fue a Rosario Central). Yo no soy vigilante. No le tengo miedo, si me viene a buscar le peleo con los ojos cerrados". En fin...
Pero como si estos escándalos futboleros no bastaran en la vida del ex de Amalia Granata y Victoria Vannucci, este miércoles quedó envuelto en otro. Esta vez, con los simpatizantes de Independiente Rivadavia de Mendoza, su actual club. Mientras el Ogro entrenaba en forma diferenciada, fue insultado por un grupo de 40 personas que se encontraban en el lugar.
Hasta aquí algo bastante corriente (y triste) en el mundo del fútbol, en todas sus categorías. Sin embargo, lo peor estaba por venir. Porque el Ogro no se bancó esa situación. Reaccionó furioso y redobló la apuesta defendiéndose también con insultos. Ante esto, los hinchas, todavía con mayor ira, buscaron la manera de ingresar al campo de juego para enfrentarse al Ogro.
¿Cómo terminó todo? Enrique Hrabina, el técnico del equipo, debió suspender el entrenamiento, y pudo prevenir que la pelea llegara a las manos. Las mismas con las que dice que... no escribió el polémico tweet. ¿Seguro?