Desde hace un tiempo se vienen resaltando las propiedades de los exfoliantes químicos para mantener la piel saludable. En el mercado triunfan marcas como Biologique Recherche, Alpha-H y Paula's Choice. Pero ahora, con el lanzamiento de Glossier Solution y Ren Ready Steady Glow, nace una nueva generación de estos productos.
Los ácidos exfoliantes aparecen como la mejor opción para lograr una superficie lisa y el brillo en la piel. Es importante saber que existen varios tipos y cómo integrarlos en la rutina de belleza.
Los AHA –alfahidroxiácidos– actúan sobre la superficie de la piel. Disuelven suavemente las uniones entre las células muertas para eliminarlas con facilidad y lograr una superficie más tersa. Son solubles en agua, por lo que no penetran en las capas más profundas de la piel, pero reducen la apariencia de líneas finas, cicatrices de acné y manchas oscuras. Entre ellos están los ácidos glicólico, cítrico, mandélico y láctico.
El BHA –betahidroxiácido– corresponde a un solo tipo, el ácido salicílico. Al ser soluble en aceite, penetra más allá de la superficie de la piel, limpiando los poros de exceso de sebo y mejorando las pieles grasas. Muy útil si la piel sufre a menudo de imperfecciones.
Los PHA –polihidroxiácidos–, son menos frecuentes para el cuidado facial. Son muy parecidos a los AHA pero se componen de moléculas más largas. Por ello, alcanzan menos profundidad y se neutralizan los posibles efectos secundarios. Resultan ideales para las pieles sensibles y contienen gluconolactona o ácido lactobiónico.
Para su uso, lo más conveniente es ir incrementando la frecuencia poco a poco. Aplicarlo con un algodón en la cara, menos en la zona del ojo, una vez por semana, por la noche luego de la limpieza, e ir evaluando cómo reacciona la piel. Y es muy importante utilizar protección solar todo el tiempo porque estos ácidos aumentan la sensibilidad al sol.