El 20 de marzo de 2006 nació Barron William Trump, hijo de Melania y quinto de Donald Trump. La pareja decidió no contratar nana y Melania se volcó por completo al cuidado del niño que hoy en día habla tres idiomas, juega golf y vive rodeado de lujos.
A él se ha dedicado y solo ha abandonado su rol de madre para apoyar iniciativas solidarias, como la fundación Make a Wish o para destacarse en algún momento como empresaria.
En esta última faceta, Melania lanzó al mercado en 2010 una línea de joyas que ella misma se encargaba de publicitarl la cual se agotó en 45 minutos. Viendo el éxito con el que comenzaba su negocio, dos años más tarde creó una línea de cremas antiedad que contenían caviar y que rondaban el precio de 150 dólares. De nuevo obtuvo un gran triunfo.
A pesar de haber demostrado que los negocios también eran lo suyo, Melania manifestó que prefiere quedarse en casa controlando la educación de su hijo y participando en la vida social neoyorquina desde 2013.
Atenta a cualquier perjuicio en contra de su único hijo, le tocó enfrentar un molesto episodio a finales de noviembre de 2016 cuando Rosie O’Donnell, una comediante estadounidense, compartió un video sobre las “señales” que indicaban que el menor sufría de autismo.
El video fue creación de James Hunter quien publicó las imágenes en YouTube bajo el título ¿Barron Trump es autista? De acuerdo con el portal TMZ, la esposa de Donald Trump emprendió acciones legales contra el autor del video.
Melania contrató al famoso abogado Charles J. Harder para proceder con la demanda exigiendo que la persona que publicó el video lo borrara de la plataforma y ofreciera disculpas. Y así fue.
La vida de Melania poco o nada tiene que ver con la de Michelle Obama, Laura Bush o Hillary Clinton (las tres primeras damas anteriores). De momento, ya es un ícono de estilo que ha demostrado ser una madre dedicada y protectora.