La manzana es el fruto del manzano, árbol de la familia de las Rosáceas. Esta familia incluye más de 2.000 especies de plantas herbáceas, arbustos y árboles distribuidos por regiones templadas de todo el mundo.
En realidad son muchísimas las cualidades que tiene la manzana, ya sea cruda, cocida, en puré o en jugos, recurrir a ella es una buena forma de cuidar la salud. Uno de sus caracteres más atractivos es su acción como estimulante natural del movimiento perístáltico del intestino.
Es decir, algunas sustancias como los ácidos málicos y tartáricos presentes en la fruta ayudan a combatir la formación de fermentos nocivos y de bacterias en el intestino.
También para aquellos que tienen dificultades para conciliar el sueño, pueden preparar un té con la cascara de la manzana y beberla antes de irse a la cama. La piel debe ser hervida a fuego lento por quince minutos.
En su valor nutricional destacan las vitaminas C, E, potasio, celulosa, fibra soluble e insoluble, proteínas, hidratos de carbono, magnesio, provitamina A, calorías y grasas.
Es la fruta por excelencia, ya que es bien tolerada por la mayoría de personas y combina sin problemas con cualquier otro alimento.
Además se sabe con certeza de la existencia y función de algunos de los componentes que le confieren su carácter antioxidante, y la doble particularidad de actuar como alimento astringente o laxante según cómo sea consumida.
No obstante, la manzana es muy recomendada por los médicos y nutricionistas como apoyo alimenticio a un estilo de vida que combate los altos niveles de colesterol perjudicial.
Igualmente contribuye al sistema inmunológico, su acción benéfica para el corazón se ha comprobado ya que ayuda a la circulación y al sistema nervioso. Por si fuera poco además resulta muy beneficiosa para la salud de nuestros dientes y encías porque ayuda a reforzarlas
Dato importante: las manzanas que se encuentran en los supermercados pueden contener sustancias tóxicas que buscan embellecer la fruta y hacerla más tentadora. Estas sustancias pueden provocar trastornos digestivos y erupciones cutáneas, entre otros males.
Lo más recomendable es quitarle la piel o lavarla muy bien antes de consumirla.