Cocinar es una faena diaria que ahora, en tiempos de cuarentena, también requiere más ingenio. Una manera de reversionar la típica polenta es hacerla al estilo de las papas fritas, pero en bastones y al horno.
Un plato que gusta a los más pequeños y que tiene la ventaja de ser más sano y liviano. Y es que la harina de maíz tiene varios beneficios nutricionales: es una fuente de fibra y proteína, no contiene gluten y es rica en carbohidratos complejos. También aporta vitamina A, carotenoides, y minerales esenciales, además de ser baja en grasa.
Ingredientes
250 gr de polenta instantánea
1 litro de caldo
Sal al gusto
Aceite de oliva
Orégano seco
Salsa de tomate (opcional)
Preparación
1. Poner a hervir el caldo
2. Cuando comienza la ebullición, bajar el fuego al mínimo y añadir la polenta en forma de fina lluvia, sin dejar de revolver para que no se formen grumos.
3. Cuando espesa, retirar del fuego y volcar en un molde rectangular. Extender bien para que quede pareja. Se puede cubrir con papel film y pasar el palo de amasar para que quede bien lisa.
4. Precalentar el horno a 220°
5. Cuando el molde con la polenta se haya enfriado tapar con papel de cocina y llevar a la heladera.
6. Cuando la polenta este dura, retirar de la heladera, desmoldar y cortar en bastones.
7. Forrar una bandeja de horno con papel y manteca y distribuir los bastones de polenta.
8. Salpimentar, rociar con aceite, y orégano.
9. Hornear quince minutos y retirar cuando estén dorados.