Que la Navidad va a ser diferente para todos los británicos es un hecho. Y que la reina Isabel II va a predicar con el ejemplo celebrando las fiestas más atípicas, también.
Después de muchas especulaciones sobre dónde y con quién estaría la monarca durante las navidades, este martes se ha sabido que va a seguir las mismas restricciones impuestas para todo el país.
Así que, lejos de trasladarse a su adorado Sandringham, se va a quedar en el castillo de Windsor, tal y como ha confirmado una fuente oficial de la familia real: "Habiendo considerado todos los consejos apropiados, la reina y el duque de Edimburgo han decidido que este año pasarán la Navidad tranquilamente en Windsor".
Así que con ella estará el duque de Edimburgo, de quien no se ha separado desde el pasado marzo, cuando la pandemia les obligó a que pasaran juntos un confinamiento que aún mantienen.
Así, la reina Isabel volverá a celebrar la Navidad en Windsor, donde reunían a los suyos hasta 1987. Durante estos 33 años, ha sido una tradición que toda la familia se desplazara hasta Sandringham para pasar la Nochebuena y el día de Navidad, cuando asistían todos juntos a misa, una cita que tampoco va a tener lugar.
Hasta ahora, era habitual que viajara a mediados de mes hasta Norfolk, donde está esta residencia real, y se quedara hasta la primera semana de febrero, volviendo a Buckingham una vez pasado el aniversario del fallecimiento de su padre, el rey Jorge VI. Otra tradición con la que este año no podrá cumplir.
La noticia supone también un alivio para los trabajadores de Sandringham, que se habían levantado en pie de guerra al conocerse que la reina tendría que mantenerse en un grupo burbuja.
Y eso suponía que los empleados podrían estar varias semanas sin ver a sus familias, incluyendo las fechas más señaladas, y aislados en el recinto, para limitar al máximo el número de contactos de la monarca. Bien por esta pequeña rebelión o bien por hacer caso a la indicaciones, finalmente ha decidido quedarse donde está, lo que facilita mucho toda la logística y poder cumplir con todas las restricciones.
Y ahora, después de saber el dónde, queda saber el con quién. Una pregunta que quizá sea mucho más difícil de resolver.
Las reuniones navideñas eran siempre multitudinarias y era casi una cita obligada para la familia, pero este año las celebraciones, como en nuestro país, van a ser más que reducidas, ya que se ha impuesto que se limiten a dos hogares.
Solo con los hijos y los nietos de la reina son ya varias familias las que suelen juntarse, por lo que ya la reunión en Nochebuena como se conocía hasta ahora queda totalmente descartada. Y, claro, el hecho de pasar tiempo con la reina Isabel supone para muchos miembros de la familia, como Kate Middleton o Camilla, no poder pasar tiempo con la suya, algo de lo que es consciente, según han comentado las mismas fuentes.
Por eso, aunque el príncipe Eduardo tenía mucha ventaja para disfrutar con ella la Navidad, parece que la monarca ha preferido hacer suyo lo de 'o todos o ninguno' y no dar preferencia a ninguno de sus hijos, esperando retomar la tradición familiar el año que viene.
Fuente: vanitatis.elconfidencial.com