La repercusión que tuvo la decisión de Luciana Salazar de convertirse en madre a través de un alquiler de vientre hizo que , su amigo, visite el piso de Intrusos. Pero la charla terminó derivando en el tratamiento que había iniciado para ser padre: allí contó que la primera transferencia de embrión que le hicieron a la mujer que eligió para llevar en el vientre a su hijo, no fue fructífera.
"Yo no evaluaba eso. Ahora tengo la ansiedad de que se haga la otra transferencia y no prenda. Se puede hacer la transferencia cada 7 u 8 semanas, encima es mucho".
“Yo soy bastante bocón. Tendría que haberme callado un poco la boca porque se hizo la primera transferencia y fue fallida. Me agarró un bajón, estuve para atrás, mal, mal. Mi hermana me decía ‘son cosas que pasan, imaginate que hay mujeres que no pueden quedar embarazadas e intentan durante mucho tiempo, es algo normal’”, reveló el coreógrafo.
“Yo no evaluaba eso. Lo hablaba tanto, veo a mi hermana que ya va a tener un bebé y no evaluaba todo eso. Para mí se hacía la transferencia y ya era papá”, confesó Flavio, sobre el fallido resultado que no impedirá que lo siga intentando. “Ahora tengo la ansiedad de que se haga la otra transferencia y no prenda. No estoy triste. Que sea lo que Dios quiera, uno se tiene que entregar a Dios. Se puede hacer la transferencia cada 7 u 8 semanas, encima es mucho”, contó sobre el proceso.
El creador de Mahatma también dio detalles del vínculo especial que tiene con la mujer que eligió para que llevara a su hijo. “Es una persona totalmente apta, ya tiene dos bebés”, detalló.