El abrupto viraje de la familia Diamante, de un inusitado hermetismo (de ahí el nombre del unitario) al extremo de pretender dialogar sobre los temas más privados y delicados, fue demasiado para todos, salvo para la madre y protagonista de Silencios de familia. En el segundo capítulo de la ficción de Pol-ka (domingos a las 22 por El Trece), el personaje de Julieta Díaz, Elisa, lanza una revelación inquietante delante de sus tres hijos, que hace sucumbir a su esposo Miguel (Adrián Suar) en plena terapia familiar.
Todo había arrancado con la terapia individual de Tobías (Lucas García), en la que sorprende a su psicóloga al contarle que sus dos papás estaban muertos. Advertidos de la gravedad de semejante afirmación falsa, deciden comenzar la terapia familiar. Y en la segunda visita grupal a la doctora Aldana, todos le insistieron a Elisa para que exprese sus preocupaciones, hasta que ella cedió con desparpajo: "Lo que pasa es que no sé cómo decirlo... Lo que me pasa es que con Miguel no estamos teniendo sexo".
Ante la sorpresa de sus hijos, Elisa aclaró (como si hiciera falta): "No estamos cogiendo". El estupor de Miguel hizo que se le transfigurara el rostro de vergüenza, mientras que sus hijas, Lara (Eugenia Aguilar) y Mía (Agustina Cabo) repudiaron el sincericidio de su madre.
Con el correr de las horas, Mía se sintió agredida por Lara, se escapó y vivió una situación de peligro una vez más. Eso motivó que una vez resuelto el drama, el personaje de Julieta Díaz vuelva a gritar lo que le urgía desde lo más profundo de su ser, ante un Miguel otra vez perplejo: "Necesito coger".
Pasada la noche de lujuria y desahogo, Elisa de todas formas continuó con la incontinencia y la verborragia, al punto que le explicó con una sonrisa radiante a cada uno de sus hijos, su hermana, un mozo y a su asistente Fabiana (Florencia Bertotti) que volvió a tener sexo con su esposo.
¡Mirá el video con las desopilantes escenas de Silencios de familia!