A los 33 años, con más de 21 como actor y con sólo algunas semanas como papá primerizo, Benjamín Rojas se sentó en el cancherísimo bar de su amigo Nico Vázquez a hablar de ese torbellino de sensaciones (y gratificaciones) que le trae este flamante 2019.
Junto a Flor Vigna coprotagoniza Una semana nada más en el teatro El Nacional, el suceso teatral del verano que encabeza Vázquez, y en un breve parate frente a Ciudad se muestra relajado y pleno:
-¿Cómo estás viviendo la obra?
-Es increíble lo que está pasando con Una semana nada más. Viene muy bien, estamos muy felices, agradecidos con la gente que nos acompaña con funciones a sala llena.
-¿Cómo vivís quedarte en Buenos Aires para hacer temporada de verano?
-Es una plaza que compite de igual a igual con Mar del Plata y Carlos Paz. Ya habíamos estado durante el verano 2018 haciendo El otro lado de la cama y también la obra tuvo muy buena respuesta. La primera vez que me quedé a hacer temporada en Buenos Aires fue justamente el año pasado y fue un placer. Trabajar en enero en la ciudad es increíble: llegás en cinco minutos al teatro, estás en la pileta durante el día, tomás un poco de sol y hacés reír a la gente, ¡que es lo que más me gusta! Estoy muy agradecido. La verdad es que se sobrelleva muy bien.
"El nacimiento de mi hija fue una felicidad absoluta. Ella nació 'un poco' de urgencia, se anticipó. Como suele pasar, la naturaleza decide y gracias a los médicos la pudimos sacar sana y después tuvo un desarrollo y un control nutricional muy intenso en la incubadora, en neonatología. Se te detiene el mundo, no pensás en el teléfono, en nada".
-¿Cómo fue la propuesta y por qué te interesó?
-Es una obra francesa de Clement Michel que compró Nico, que es el productor artístico de la obra. Él hace mucho tiempo viene siendo productor, por más que formalmente no lo haya sido antes. Yo se lo vengo diciendo hace mucho tiempo que tenía que hacerlo, es su pasión. Nico tiene esa pasta que se ve en los productores para darse cuenta qué le va a gustar al público, el don de verlo antes y decir "esto lo modifico". Es como cuando uno va a ver una casa para reciclar y ya se la imagina terminada. Nico la adaptó para nuestro país, nuestra idiosincrasia y ahora es un éxito. Hay que decirlo porque no pasa seguido.
-Contanos de tu personaje...
-Es un rol que me hace crecer mucho en comedia. Se llama Martín y es amigo del personaje de Nico, que convive con el de Flor Vigna y se da cuenta que la cosa no va, pero no se anima a decírselo y me dice a mí que vaya a la casa "una semana nada más" con la excusa de que si yo voy, ella no va a aguantar y lo va a dejar. Ahí empieza un delirio de convivencia de a tres en el que la gente se ve muy idenficada con algunos detalles. Es una obra apta para todo público: vienen menores, gente de 35 años, gente más grande.
-Protagonizás con Nico, que sabemos que son súper cercanos. Y con Flor Vigna, ¿cómo te llevás con ella?
-No la conocía. Trabajamos un poquito juntos en Mi hermano es un clon porque yo estuve los primeros capítulos y después tuve que pedir irme porque estábamos también ensayando la obra. Debo decir que ahí Adrián Suar y la tele fueron piadosos, ja, ja. Volviendo a tu pregunta, Flor es divina, se re adaptó. Es muy difícil en esta obra seguir a un comediante como Nico, los ritmos, los años de trayectoria que tiene él. Flor empezó hace poco y está a su altura en la obra. Se la ve muy bonita y graciosa. Es muy humilde y está entregada a aprender.
-¿Qué pensás sobre el conflicto que tuvo con Nicolás Cabré durante 2018?
-Son procesos que cada uno va viviendo. Yo nunca tuve tanta exposición ni estuve metido en un escándalo. No sé cómo reaccionaría yo porque nunca viví algo así. Sí la acompañamos. Ella, además, estaba en el Bailando, donde tenía mucha exposición y todo lo que hacía era noticia, entonces es difícil. Creo que lo sobrellevó muy bien y todo quedó como en una confusión y en una pelea ahí. A ella le gusta mucho su trabajo y entiendo que lo cuida y por eso quizás tenía miedo que le repercuta. Desde los medios tenemos que tratar de pensar que lo que se estaba televisando es la pelea de dos mujeres por un hombre y me parece que eso quedó un poco viejo...
-Hablando de Nico Vázquez, estamos en su bar, se los ve muy compinches, ¿cómo es la amistad que tienen?
-Nico es un tipo muy familiero, tiene los mismos valores que me inculcaron a mí. Él también viene de una familia que se ama mucho, somos amigos y cuando estamos en ese plan vamos a tomar una birra y a charlar cosas de amigos. Y cuando hacemos cosas de laburo, hablamos de laburo y a mí me gusta que me diga las cosas. En esta obra tenemos un director pero Nico también está como co-dirigiendo. Y descubrí que es un gran director de comedia, la lleva en la sangre y hay mucho que aprender de eso. Yo observo mucho todo eso para seguir creciendo como actor en esta faceta de comedia.
-¿Te interesaría a vos también volcarte para ese lado?
-Puede ser. No lo descarto, la verdad, pero hoy estoy cien por ciento con lo actoral, me fascina mi trabajo como actor, mi pasión por este laburo y no tengo ganas de hacer otra cosa.

-Volviendo a tu amistad con Nico, ¿cuándo surgió?
-Nos conocimos creo que en el '98 cuando yo empecé, ya hace 21 años, ¡terrible! Yo en ese momento estaba en Chiquititas. Pero como Nico me lleva 10 años, en esa etapa se notaba más la diferencia de edad. Después hicimos una buena relación en 2006 en Alma Pirata, me sentí muy cómodo haciendo comedia con él. Ahí empecé a ver los primeros brotes de productor y en ese momento fue que me habló de una obra que él estaba buscando que le gustaría hacer y diez años después le llega El otro lado de la cama y me llama. ¡Él la estuvo buscando durante diez años! También trabajamos juntos en Pol-Ka.
-Justamente hablando de El otro lado de la cama y de tu relación con Nico, vos fuiste uno de los que vivió de cerca la muerte de su hermano Santi. ¿Cómo fue ese momento?
-Lo viví como pude, como puede un amigo. Empatizás con ese dolor por más que nunca lo vas a vivir igual que el que lo vive y su familia, es algo que no puedo imaginar. Pero si ves que alguien a quien querés tiene un dolor así, a vos también te duele. A mí en ese momento me salió agarrar el auto e ir a verlo, estar... (recuerda algo y sonríe con ternura). Me acuerdo un día que estábamos en la casa y Nico me dice "Benja, andá, andá, ya está. Hace 26 horas que estás acá, quiero estar solo". Ya era muy pesado lo mío, pero bueno, era lo que me salía en ese momento. Habíamos hecho todo el año en Buenos Aires y nos estábamos por ir a Mar del Plata con la obra. Fue poco después del casamiento de Nico y Gime, eran épocas muy felices. Nadie esperaba esto. Ahí también aprendí algo en él como artista: se subió al escenario y eligió seguir. Yo había pensado que se había terminado en ese momento la obra y que no iba a querer estrenar en Mar del Plata y me parecía bien también, si él decía que no me iba a parecer perfecto, que se tome su tiempo. Y no. Me llamó el 25 de diciembre a la noche y me dijo "vamos a Mar del Plata". Al otro día salimos, llegamos juntos, fuimos a las casas que habíamos alquilado y vi cómo él sanó en el escenario. A un verdadero artista realmente el escenario lo mantiene vivo y ahí lo comprobé. Hay mucho de eso. Eso te salva. Gime también estaba en el escenario y creo que eso lo ayudó mucho, fue un momento de sanación.
-Siguiendo con la importancia de la familia, hace poquitos días te convertiste en papá por primera vez de Rita (junto a Martina Sánchez Acosta, su mujer desde hace más de 7 años) y también te tocó vivirlo de una manera especial...
-El nacimiento de mi hija fue una felicidad absoluta. Ella nació "un poco" de urgencia, se anticipó. Como suele pasar, la naturaleza decide y gracias a los médicos la pudimos sacar sana. Después tuvo un desarrollo y un control nutricional muy intenso en la incubadora, en neonatología. Esto fue el 21 de diciembre y hasta el 3 ó 4 de enero estuvimos adentro de la clínica, así que pasamos las fiestas ahí. También son aprendizajes. Se te detiene el mundo, no pensás en el teléfono, en nada. Estás como en una cápsula, lo único que te importa es eso. Pensás mucho, pensás también como pareja, en la vida, dónde estás, cómo estás vos ubicado en este mundo. No digo que fue un placer, lejos de eso, pero me sirvió mucho para frenar un poco.
-¿Cómo fue volver a casa después de esos 13 días de internación?
-Ahora ya me acostumbré. Al principio no dormía porque llora toda la noche, ja, ja. Pero cuando no llora, por las dudas, tampoco dormís porque decís "qué le pasa", pero de a poquito vamos conectando. Rita nos va conociendo a nosotros y nosotros a ella. Es un aprendizaje que lo tenés que hacer vos, escuchando consejos, pero viviendo tu propia experiencia.
"Hace dos años viví como pude la muerte de Santi Vázquez. A mí en ese momento me salió agarrar el auto e ir a ver a Nico, estar. Me acuerdo un día que estábamos en la casa y Nico me dice 'Benja, andá, andá, ya está. Hace 26 horas que estás acá, quiero estar solo'. Ya era muy pesado lo mío, pero era lo que me salía en ese momento".
-¿Cómo es la dinámica de la paternidad, cómo estás viviendo vos este momento tan especial?
-La mamá es crucial, es el 90 por ciento. Nosotros estamos para acompañar, para ayudar. Por ejemplo, ahora lavo mucho más los platos que antes, ordeno la casa. Es decir, lo que siempre hice, pero antes lo hacíamos de a dos y era menos trabajoso; y ahora lo estoy haciendo solo así ella está tranquila y atiende a Rita. También tenemos nuestros momentos en familia, los tres. Las mañanas, por ejemplo, son muy lindas. Vamos aprendiendo de a poco.
-¿Por qué eligieron el nombre Rita?
-Nos gustó. Además, coincidía con una canción de Los Beatles que nos gusta (Lovely Rita), viene también de Margarita que andaba rodeando la zona. Le quedó RR (Rita Rojas) y no lo habíamos pensado, pero está bien.
-¿Qué cambios notaste en la pareja con la llegada de un bebé?
-Hay que tener mucha paciencia y amor con la llegada de un bebé, porque realmente es muy trabajoso. Ya no es más "vamos", y te parás y te vas. Ahora es "vamos" y agarrás el bolso, toalla, las tres mochilas, el alcohol en gel, ¡si te olvidás algo tenés que volver! Hay un montón de cartones así para llenar y tenés que tener un montón de amor y paciencia. Estoy feliz. Nos amamos más que antes.
-¿Lográs desconectarte esas dos horitas en las que estás -de jueves a domingo- en el escenario o estás con la cabeza en casa?
-La obra es tan dinámica y explosiva que estamos muy concentrados en disfrutar. Sí me llevo fotos de ellas al camarín y hablo antes de subirme al escenario y hago un llamadito ni bien me bajo.
"Estoy muy feliz de ser contemporáneo a estos cambios impulsados por las mujeres. Creo que nadie está en contra de la igualdad de los seres humanos. Después hay colores, banderas y opiniones pero no hay que perder de vista que hay un cambio y todos lo tenemos que apoyar".
-¿Sentís que el teatro es el lugar ideal para los actores?
-Mi pasión es actuar y no tengo sólo un lugar para hacerlo. Sí reconozco que el teatro es el donde nació esta profesión y se nota. Es un lugar en el que estás como desnudo, tu cuerpo es la herramienta y no hay sonido, edición, nada. Pero la tele tiene esa magia maravillosa de acompañar todos los días a la gente en la casa. En el cine también pasa que se pueden contar historias muy estéticas y precisas. No tengo una preferencia. Yo nací en la tele, me encanta y me divierte.
-¿Creés que todavía existe ese prejuicio sobre los actores nacidos en la tele?
-Esos prejuicios nos los tenemos que sacar. Yo he hecho obras under, comerciales, tele, cine. Eso lo único que hace el prejuicio es frenar tus sueños. Hice de todo y lo que no hago es porque no me gusta. Es decir, porque no me gusta el proyecto, pero no el lugar en el que se transmita.
-O sea que en cualquier momento volverías a la pantalla chica...
-Ahora me pasa que hay otro tema a tener en cuenta, porque con el nacimiento de Rita debería ver cómo sería, cuánto tiempo me demandaría; realmente hay que ayudar en casa también.
-¿Cómo vivís esta época de cambio encabezado por las mujeres desde sus distintos lugares?
-Estoy muy feliz de ser contemporáneo a eso. No sé qué va a pasar dentro de cien años con esto, pero sé qué pasaba hace cien o mismo hace cincuenta años o treinta, y la verdad es que cambió completamente y todos debemos ser conscientes de eso. Creo que nadie está en contra de la igualdad de los seres humanos. Después hay colores, banderas y opiniones, pero no hay que perder de vista que hay un cambio y todos lo tenemos que apoyar.
-¿Cómo seguirá tu 2019?
-Seguimos todo el año en Buenos Aires con Una semana nada más. También el 31 de enero se estrena Anoche, una película que hicimos con Gimena Accardi, dirigida Nicanor Loreti y Paula Manzone. ¡Todo viene muy bien!