Es uno de los diseñadores argentinos más famosos y de los más elegidos por las celebridades a la hora de vestir sus diseños. Y vive un gran momento profesional. Pero para llegar a este próspero presente, Benito Fernández (56) supo tocar fondo. Y en una entrevista a corazón abierto, el diseñador habló de esto y más.
"En 2001 me fundí. Tuve que vender todo. Sólo dejé abierto un atelier con vestidos de novia. Pensé en abandonar. Me había separado de mi mujer después de ocho años y tenía dos hijos. Fui a trabajar a Barcelona y me quedé dos años. Ahí se me acomodó la cabeza. Sobreviví porque quedaron en el inconsciente unos vestidos que había hecho antes de irme, los del casamiento de Máxima (a la cuñada y a las amigas) y el de Pampita cuando le dio el 'sí' a Martín Barrantes", contó el diseñador en diálogo con la revista Gente.
"Me hice pis en la cama hasta los 14 años. No me gustaba el fútbol. Sólo miraba televisión. Y de la misma manera que en lo laboral y en mi sexualidad tardé en madurar, seguí rompiendo prejuicios".
"Más adelante, en 2009 hubo otro quiebre, el del vestido de Natalia Lobo en los Martín Fierro. Ahí quise dejar claro que era latino, no europeo. No gustó. Nos destrozaron, pero lo defendimos a muerte. Me volví conocido porque hablaban de mí y empecé a ir a la tele. Y después de una nota desopilante con Jorge Guinzburg, no paré y hasta comencé a disfrutarlo", agregó.
Por otro lado, remarcó que no le tuvo miedo a volverse popular y perder clientas vip: "Me pongo loco con los prejuicios, crecí rompiéndolos. El primero, llamarme Benito en un época en que resultaba complicado. Desde 'vení tocámelas' a lo que se te ocurra. Además, era disléxico. Me hice pis en la cama hasta los 14 años. No me gustaba el fútbol. Sólo miraba televisión. Y de la misma manera que en lo laboral y en mi sexualidad tardé en madurar, seguí rompiendo prejuicios. Pasé de la alta costura al supermercado, adonde llegué diseñando las tapas de cuadernos, sábanas y mochilas. Y estoy orgulloso".
"De chico quería ser cantante, pero no me imagino en otro lugar. Es más, creo que el día que deje, no voy a hacer otra cosa".
"¿Si me podría haber dedicado a otra profesión? De chico quería ser cantante, pero no me imagino en otro lugar. Es más, creo que el día que deje, no voy a hacer otra cosa", continuó, muy seguro del camino elegido.
Por último, Benito Fernández respondió si planea vender la marca: "No sé lo que me deparara el destino. Sí, que cuando largue va a ser de golpe. Veremos... Hoy estoy, lejos, en mi mejor momento. Logré aceptarme y que me reconozcan. Me sentiría ahogado si estuviera sólo en los desfiles, durante los premios y en la realeza. A mí me gusta estar en la calle. Por ahí pasa la moda... ¿Y sabés qué? El último 23 de diciembre a las cuatro de la tarde, Máxima entró caminando a mi boutique de Nordelta. Si a la reina de Holanda no le importa que, además de vestidos, yo diseñé productos para las góndolas... ¡es que está todo bien!".