"Mi mamá me hizo atender desde que nací en el Hospital de Niños por el crecimiento lento, y siempre estaba la posibilidad de operarme y yo, la verdad, es que no quería, pero mi mamá sí quería. Y cuando tenía 14 años, que falleció mi viejo, ahí mi vida hizo clic", comienza a relatar Noelia Pompa en la revista Paparazzi.
En su extensa charla, explica por qué, siendo todavía una niña y tras perder a su padre, decidió no operarse para paliar un poco su pseudoacondroplasia, una patología que hace que su estatura sea pequeña y sus extremidades mucho más cortas que los parámetros normales: "10 centímetros más para mí no eran nada y no valía la pena estar un año con clavos en los huesos. Y sí, creo que se me hubiera complicado para bailar. Yo traté de aceptarme así como soy, y estoy muy bien".
Además, abrió su corazón y confesó: "Me gustaría casarme. Me gustaba mucho verlos a mis viejos abrazados, tan cariñosos y en familia. Y me gustaría algo así. Nunca me enamoré, pero ya va a llegar. Me gusta el tipo reo que se la banca, me encanta. Y, por lo general, los morochones, un estilo Pablo Echarri".
Noelia Pompa hoy acaricia el reconocimiento popular que siempre soñó: baila en ShowMatch junto a Hernán Piquín, uno de los bailarines argentinos más reconocidos a nivel mundial, y así, a pasos (y coreografías) firmes, disfruta los brillos de esta estampida en los medios que finalmente se dio por la puerta grande...
Porque a falta de altura, ella se la banca con metros de coraje. Nada poco para estos tiempos.