, papas fritas y más papas fritas. Eso fue lo único que vio Chris Verschueren, un hombre de Bélgica, durante 83 horas ¡seguidas!
No durmió, descansó sólo cada diez o viente horas, pero batió el récord mundial, superando así al anterior que era de 72 horas.
De este modo el belga de 53 años hizo 1.500 kilos de papas y luego los vendió a un euro (¡una ganga!) por conito. Este buen hombre no sólo se dedicó a batir el récord sino también a donar la mitad de lo recaudado al hospital de niños de su ciudad, lugar en el que se atiende su hijo de cinco años que padece una hemiplejía desde su nacimiento.
Así que ya sabés si andás por Bélgica pedí lo que quieras que... ¡sale con fritas!