ThinkFilm, la misma productora de Shortbus, desconcertó con Zoo en el último Festival Sundance. Y fue premiado este documental sobre zoofilia, el único sobre el tema, que está basado en la historia real de un hombre que murió después de tener sexo con un caballo árabe. Fue el 2 de julio de 2005 en una granja de Seattle, Washington (donde la práctica no es ilegal) y desarrolló una comunidad de zoófilos que los fines de semana ejercitan su camaradería de cenas, tragos y sexo con caballos. Lejos del festín que fue el episodio para la prensa amarilla, el documental se perfila como el extremo opuesto, lo que parece haber decepcionado a los más curiosos. Elije, en su lugar, el tono romántico que Werner Herzog le imprime a sus documentales-ficciones. Robinson Devor, el director, se refirió al respecto: "Yo considero que ninguno de los humanos es ajeno a mí, y el sexo hombres-animales sucede de verdad. Entonces, también es parte de lo que somos".