Se dice mucho acerca de la vida sexual de Victoria y David Beckham. Que él le regaló a ella un vibrador de platino y diamantes que costó dos millones de euros. Que él se compró un collar de gemas y cristales para potenciar su rendimiento sexual. ¿Será Victoria muy exigente? No sabemos, pero una empleada doméstica indiscreta, ventiló que ella se siente poco atractiva y teme no llamar la atención de su marido...
Angelina Jolie, además de su gusto por las mujeres, reveló que también le va el sadomasoquismo. Dicen que en la cama de Brangelina caben los tríos. Otra que se animó a confesar preferencias fue Anne Hathaway y admitió que el sexo anal está entre sus placeres preferidos.
Pensando en estos chismes y confesiones arrojados a la arena mediática, me pregunté si la vida de los famosos, estamos hablando de los hollywoodenses que amasan enormes fortunas, sería distinta a la del resto de los mortales. Según una investigación realizada por una subsidiaria de y publicada por la revista , la respuesta es sí. Aparentemente tienen más sexo, más parejas y en más lugares exóticos que la gente de a pie.
Ellos lo asumen. El 80 por ciento de los famosos varones y el 96 por ciento de las mujeres piensan que la fama les facilitó las cosas. Y aquí vienen los datos del escándalo: entre ellos, el 70 por ciento admite ser infiel, y entre ellas casi el 80 por ciento. Como para comparar: en una encuesta entre ciudadanos norteamericanos comunes, los infieles confesos no llegaban ni al 20 por ciento.
Les robo el tiempo para un numerito más: la ineludible pregunta, ¿con cuántos estuviste? Para los hombres ricos y famosos el promedio anda por las 82 amantes y para ellas alrededor de 79. ¿Qué tal? Para el hombre y la mujer común la cosa llega a los 30 amantes. ¡Encima también admiten que la fama les trajo sexo en situaciones más aventuradas y exóticas! No sigo más porque estoy al borde de la indignación.
Igual parece que siempre está natura para humanizar las cosas: a lo mejor fue de bronca, pero Marilyn (sí, Monroe) dijo que Kennedy tenía un miembro muuuy pequeño. Y ni siquiera la realeza resulta inmune al ridículo. Los dejo con el consuelo de una de esas frases memorables, la de un encendido príncipe de Gales, que le susurra por teléfono a Camila Parker "me gustaría ser un tampón, para estar adentro tuyo". No tendremos un palacio, pero por lo menos la prensa mundial no está atenta a escucharnos decir nuestra frase menos feliz para hacerla circular por los confines del universo.
¿Pensás que los ricos y famosos la pasan mejor que vos en la cama? ¿Creés que la fama y el dinero mejora la vida sexual de las personas?