La historia de la humanidad condenó, maltrató y relegó a la mujer. Y aunque en la actualidad hay una mayor igualdad, para ver que todavía continuamos siendo subestimadas sólo hace falta ver la cantidad de mujeres que ocupan cargos jerárquicos comparados a los de los hombres, los sueldos que ganan unas y otros, incluso, las frases que se dicen de nuestra presidente atribuyendo una supuesta limitación e ineficacia al sexo que posee. Alejandra Stamateas, licenciada en Teología, docente y actualmente, finalizando su licenciatura en Sociología retoma esta problemática en su libro "Culpable por ser Mujer". Ella abarca todos los tipos de maltrato y sumisiones a las que las mujeres en la actualidad nos seguimos exponiendo y muchas, seguimos permitiendo. Aquí, la charla con Alejandra.
El libro que acabás de publicar en mayor o menor medida está escrito para todas las mujeres, porque a todas estamos atravesadas por la cultura, las costumbres, los mandatos, y el machismo de nuestra sociedad...
Así es. Escribí el libro en base a los testimonios de cientos de mujeres que no se atrevían a hablar de ese dolor que tenían y de esa sensación de sumisión. A veces parece que las mujeres tenemos que someternos a todo el mundo, que es algo cultural. Por eso, no solamente va dirigido a mujeres que son maltratadas físicamente, sino económica, afectiva y emocionalmente. Según estudios realizados, el 75% de las mujeres en algún momento de su vida fueron maltratadas. ¿A cuántas mujeres les cuesta exigir que se respeten sus derechos?, desde lo más chiquito, que no te devolvieron diez centavos hasta cosas más grandes como un mayor sueldo en un puesto de trabajo. El objetivo del libro "Culpable por ser Mujer" es sacarnos de encima ese estigma que por ser mujeres tenemos que pagar alguna culpa, ser castigadas de una u otra manera. El estigma ese que también, a veces, llevan los hombres que porque están al lado de una mujer tienen que maltratarla, porque es una ciudadana de segunda categoría.
En tu libro hablás de la codependencia. Las mujeres tenemos una mayor predisposición que los hombres a sufrir este trastorno porque desde chicas nos criaron para estar "pendientes" de nuestros hijos, parejas, hermanos...
Porque a las mujeres nos enseñaron que no teníamos vida propia, que nuestra vida se desarrollaba en la medida en que estuviéramos al servicio de los demás. Viste que a la mujer siempre se la confino al ámbito privado y al hombre al público. Y las mamás les enseñaban a las hijas a prepararse para casarse, porque "vos sola, ¿qué vas a hacer? Necesitás un hombre que te cuide, te mantenga". Hoy, en cambio, a nuestras hijas les decimos: "Vos tenés potencial, tenés capacidad para estudiar, conseguir un buen trabajo, crear tu propio emprendimiento, no necesitás ser mantenida". Porque todavía tenemos ese concepto de que buscamos a nuestra media naranja. Yo hablo mucho en el libro del mito de la media naranja. Vamos por la vida buscando un hombre que nos complete, entonces, buscamos al príncipe azul que nos va a traer el 50% que nos falta, porque nosotras caminamos por la vida siendo un 50%. Es una gran estafa que nos han hecho creer, porque no hemos nacido mitad de nada, hemos nacido completas. Porque cuando una mujer busca su otra mitad y la encuentra, se fusiona, y en vez de vivir su 100% de capital cree que el otro le dio algo, como el otro le dio algo tiene que estar eternamente agradecida a ese otro. Esas frases que nos dicen algunos hombres como: "yo te hice mujer, si no fuera por mí.." Vos sabés que hay mujeres que dicen: "A mí ya se me pasó el cuarto de hora, ya no tengo fuerzas" Eso es una gran mentira, porque potencial significa "fuerza sin usar". Los seres humanos tenemos dentro nuestro fuerza que no hemos usado todavía y que no es fuerza que viene desde afuera, no es la motivación que otro me da sino lo que tengo adentro. Esa capacidad que tengo adentro y que todavía no use. Y los seres humanos somos tan completos... lo que tenemos que lograr es empezar a descubrir todas esas capacidades internas. Por eso tenemos que alejarnos del mito de la media naranja.
¿Las mujeres codependientes buscan siempre hombres manipuladores?
Sí, porque es el modelo que han vivido. Entonces dicen: "El es bueno, tiene todo para darme, cuidarme y defenderme, porque yo estoy indefensa". Y buscan esos hombres para quienes la única manera de sentirse importantes es maltratando al otro, porque a su vez tuvieron padres que maltrataron a sus madres. Pero el espíritu de victima no sirve. Si vos le mostrás a la gente que no podés, que no valés, que no servís, la gente te va a tratar de la misma manera. Y cuando los hijos ven una mamá que no se puede defender les agarra mucha bronca y dicen: "Mi mamá no se puede defender, entonces tampoco me puede defender a mí". Y eso les genera mucha inseguridad. Y el día de mañana una mujer que vio a su mama sufrir, ¿que va a hacer?, va a decir: "Me tengo que buscar un hombre que me defienda". Y busca justamente hombres que tienen rasgos psicopáticos. Y es una espiral que continúa y continúa.
¿Cuál es el rasgo principal de este tipo de hombres manipuladores?
En primer lugar, tenemos que entender que estos hombres tienen una doble fachada. Delante de todo el mundo y al principio de una relación que él quiera establecer, se va a mostrar como el hombre más caballero del mundo, más servicial. Es el príncipe azul que toda mujer está esperando. Una vez que ya te tiene atrapada muestra su otra fachada. Te empieza a desvalorizar -porque al principio sos bárbara-. Y ahí es donde la mujer codependientre empieza a decir: "¿No tendrá razón él?". Ella nunca dice: "él está equivocado", ella se hecha la culpa todo el tiempo a sí misma. Porque él es el hombre que siempre tiene los grandes proyectos, sólo que no los puede lograr porque nadie lo entiende. Porque las mujeres codependientes viven con el síndrome del redentor, que es pensar: "Yo lo voy a salvar, voy a lograr sacar de él el hombre bueno que es. La mujer anterior nunca lo entendió, la mamá era una bruja, no lo comprendía, pero yo con mi amor lo voy a transformar". Y pierde su vida esperando que él cambie. Así que una de las características es esa doble fachada. A veces es preferible encontrarse un hombre que no parezca un príncipe, que tal vez tenga miedos, que los exprese, pero que hable cara a cara y se muestre tal cual es, y no aquel que siempre se muestra como el caballero que te va a dar todo y te va a salvar, porque ese hombre generalmente tiene miedos pero no los quiere mostrar.
Para este tipo de personas, el primer paso es darse cuenta de las relaciones enfermas que mantienen...
Sí, ese sería el primer paso. Y luego, si estos hombres y estas mujeres codependientes no buscan ayuda es muy difícil que se produzca el cambio. De la codependencia se puede salir, en primer lugar con el autorespeto. Una mujer que aprende a autorespetarse, que se levanta a la mañana y no se lastima, porque hay mujeres que desde que se levantan se empiezan a criticar: "Qué fea que estoy, soy un desastre" y caen en estados depresivos profundos. Estas mujeres son mujeres que tienen que empezar a valorarse, a quererse, y empezar a descubrir que todo está adentro y que lo que ellas necesitan no es una motivación externa, que si viene bienvenida. Tienen que empezar a aceptar los halagos, cuando le dicen que son lindas, lo bien que hicieron tal cosa. Esto parece sencillo, pero para algunas mujeres no lo es, porque siempre le van a buscar un pero: "Gracias, pero el corte de pelo no me quedó como yo quería". Tienen que empezar a trabajar en la estima, empezar a buscar sus sueños. Porque las mujeres libres buscan sus sueños. Una mujer maltratada es una mujer esclava de las decisiones de otra persona. Por eso, un ejercicio es que cada día las mujeres empiecen a tomar sus propias decisiones, aunque sean pequeñas. Hay mujeres que dicen: "Esto se lo voy a decir a mi marido para que se encargue él, porque yo para las cuentas no soy buena". Eso es una gran mentira. Nosotras podemos hacer todo y todo bien. Y si fracasamos, el fracaso nos muestra lo que ya no tenemos que hacer. Si debo tomar una decisión y no la tomo, alguien la va a tomar por mí. Tenemos que aprender a vivir por nosotras, con aciertos y errores. Y otro consejo para las mujeres es que no vivan en el pasado, no vivan con culpas. Una mujer que se deja maltratar es una mujer que en el fondo piensa que se merece ese maltrato por los errores que cometió en la vida. Todo futuro es de éxito porque el pasado nos sirvió para aprender lo que no tenemos que hacer más.
Más info: